Christopher...
Perdí la noción del tiempo que he dejado de ver a Ina... mi Ina. Recuerdo la última vez que pude ver su mirada, triste y decepcionada como normalmente la tenía cuando se trataba de mí. Ese día no era mi plan que llegara justo en el momento que Sofía y yo estábamos en la cama.
Y aunque admito que la pasamos bien, nada se comparaba a ella, nada...
Todo el tiempo estuve atento a sus movimientos. Desde que se le vio la primera vez saliendo con ese intento de presidente hasta la vez de la despedida de solteras de Zara. Ese día Ina había tomado tanto y nosotros íbamos camino a la habitación de hotel de las chicas porque Karina había hablado con Zab y quería que estuviéramos ahí.
Las manos me iban sudando porque yo estaba tremendamente asustado y nervioso. Sabía que su querido don Juan no estaría ahí porque era una fiesta de puras chicas pero ella sí y lo confirmé en el momento que me lo comprobaron.
-Ve lo que mandó Kari- dice Zab y me enseña un video.
Lo que logro ver a simple vista es una chica de cabello café con destellos rubios y un vestido dorado que está bailando arriba de un sillón de esos de cómoda. Por ese momento me odié porque no podía parar de pensar en la manera que se movía y como sus piernas se veían increíblemente sexys con esos tacones altos.
-No me gusta verla así, siento que no hay algo bien con ella- les digo a los chicos mientras caminamos hacia la habitación, estaba a dos pisos de la mía.
-La conoces mejor que nadie- dice Joel- sabes que ella toma así cuando está triste.
-Lo sé, por eso no me gusta verla así... necesito llegar ya.
Nos subimos al elevador y fue en ese momento que llegamos, cuando abrí la puerta. Ella estaba ahí de pie y en ningún momento se percató de mi presencia y me alegra porque justo cuando caminé hacia ella, como una princesa cayó a mis brazos.
Todos me miraban y yo trataba de descifrar que hacer, nada estaba saliendo bien para mi en ese momento.
Ina tenía sus brazos al rededor de mi cuello mientras yo la tomaba con más fuerza para no caer. No habíamos tomado nada de alcohol. Teníamos a penas como cuatro horas de que habíamos aterrizado en Los Angeles y fuimos a comer, solo eso.
-Lo mejor va a ser que la lleves a su habitación. Está demasiado mal y necesita dormir- me dice Lika.
Por un momento me daba mucho miedo saber como iba a reaccionar esa chica conmigo porque si hay algo que comprendo perfectamente de las chicas es que se protegen como si fueran hermanos y más ellas por lo que he visto con el tiempo.
-La llave y habitación- digo. Aunque era una chica demasiado perfecta en su cuerpo, había bajado de peso.
-Quinto piso, habitación L-55- me alivia saber que solamente nos separan 7 habitaciones, la mía es la L-48 en el mismo piso.
Salgo de la habitación y comienza a decir cosas un poco extrañas... y sé que habla de mi. En el camino a su habitación, no puedo dejar de mirarla. Sus mejillas están coloradas y sus labios demasiado rojos... estoy seguro que es porque todo el tiempo se los ha estado mordiendo, algo muy típico en ella.
Sigue murmurando cosas mientras yo camino hacia su habitación, no comprendo muy bien lo que me está diciendo pero me parece tierna que lo dice con los ojos cerrados.
Cuando llego a la habitación, paso la tarjeta por la puerta y se abre, no ha desorden alguno... sé que ella se ha encargado de que esté limpia, no le gusta vivir entre el desorden.
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CERO AL FINAL #4 ||Christopher Vélez|| TERMINADA
FanfictionEl "independizarse" es solo una posición propia que tomamos cuando queremos o creemos sentirnos libres. No puedes llamarte libre si sigues atada a esa persona que te marcará por siempre, tú alma gemela, tu único y gran amor. ¿Será que después de to...