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Christopher...

Ya es sábado por la mañana. Ina sigue dormida y aunque no quiero parecer un acosador la estoy mirando mientras duerme. Su respiración ahora es suave después de que en la madrugada sus ronquidos eran demasiado fuertes.

Estoy preparando mi omelette que tanto le gusta, su favorito con queso extra. Tenía planeado llevarle el desayuno a la cama pero cuando levanto la mirada, está desde el marco de la puerta mirándome tratando de pasar desapercibida pero si me doy cuenta.

-Huele delicioso- me dice y sonríe. Tiene sus mejillas rojitas y se ve demasiado tierna de la manera que solo ella sabe serlo.

Me acerco hacia ella y le planto un beso en la frente, estoy seguro de que tiene demasiada hambre y sed después de anoche.

-¿Cómo amaneciste, princesa?- Ella me abraza con sus brazos rodeando mi cintura y pegando su rostro a mi pecho. Lentamente así abrazados comenzamos a caminar hasta llegar a la cocina. La tomo de la cintura y la subo a la barra donde estaba cortando todo para el desayuno.

Me mira mientras sigo preparando la demás comida. Tomo unas fresas que tenia ahí guardadas y las lavo, les dejo lo verde ya que hace que el plato se vea más colorido.
Tomo un mango que tanto nos encanta e de igual manera lo corto en trozos grandes junto a un kiwi y sandía.

Ella me está mirando, siento sus ojos en mi, es tan hermosa y lo mejor de todo es que es mi novia, la mujer que amo esta conmigo hoy y ahora.

¿Algún hombre había sido tan suertudo de estar con la mujer más hermosa que habían visto? No lo creo, yo soy ese hombre y me encanta.

Ella es hermosa, amable con la gente y muy tierna. Es la mujer perfecta en todos los aspectos. Nuestra relación a la mejor no ha sido la mejor del mundo pero para mi ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida, ella entera es mi razón de ser y existir.

-¿En quid piensas?- me pregunta sacándome de mis pensamientos.

-En realidad en nada importante. ¿Te gusta?- le señalo lo ultimo que hice. Acomodé la fruta de manera que se ve muy elegante. El omelet se ve delicioso y no es por presumir pero el día de hoy me he lucido con los platillos.
-Se ve riquísimo. Pero, deberías de guardar estas- toma las fresas de nuestros platos y las coloca en otro- ¿Tienes chocolate?

-Por ahí debe de haber guardado un poco del que trajo Zab la otra vez. ¿Por qué?.

-Quiero regalarnos algo. Así que terminemos de desayunar rápido.

No tardamos no una hora cuando terminamos. Me dijo que hoy era el último día de su hermano en espera a la aprobación de la residencia así que mañana podemos ir al zoo de Miami. Seria algo lindo para Tara aunque no creo si quiera que se de cuenta de qué hay animales reales a su al rededor.

Me dice que espere en mi habitación cuando se mete al baño y no sale hasta después de quince minutos más o menos.

-Listo, pero antes que nada quítate tu pija a y ponte esto- Me entrega una toalla blanca y ella también se quita mi camiseta. Solo trae puestos sus calzoncillos negros de anoche y se los quita con la toalla puesta.

-Mejor quítate la toalla- me acerco y la abrazo. Le doy un beso profundo y ella se separa rápidamente.

-Al menos déjame mostrarte lo que he preparado.

Cuando abre la puerta puedo ver que todo el baño tiene velas por doquier junto a una charola, dos copas y mi botella de vino blanco, ella me dijo que la guardara para un momento especial así que me imagino que este es uno de esos.

CERO AL FINAL #4 ||Christopher Vélez|| TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora