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Me desperté con las manos del amor de mi vida enredadas en mi cintura.

Esto lo amaba, su tierna mirada y sus hermosas pestañas bailando mientras respira.

Su olor, su perfume que inundaba mi nariz y el calor de su cuerpo con el mío.

Lentamente me di la vuelta y quedé cara a cara con él. Sus maravillosos labios rosados casi pegados a los míos. Sentía su respiración y junto cuando le iba a dar un beso sonrió.

-Buenos días- me dice.

-Dias porque bueno solo tú- le robé un beso rápido.

A pesar de que estaba cansada y no había podido dormir en la noche no había podido dejar de disfrutar de él.

En mi cabeza vivía el pensamiento de lo que había pasado ayer en la noche. Lo que me había dicho y no sabía a quien pedirle ayuda.

Ese hombre era poderoso y temía por mi novio y su carrera.

-¿Qué pasó?- me dice sentándose en la cama mientras yo me aferro más a él con mis brazos en su cintura.

-Nada, son cosas del trabajo. Pero mejor vayamos a desayunar que me muero de hambre.

-¿Cómo te fue ayer en la cena?- solté un suspiro.

-Otro tonto que cree poder seducir a una mujer con dinero. Pero le dejé en claro que mi novio me da todo lo que quiero, sin ser explícita pero directa- colocó su mano en mi cintura y dio un pequeño apretón.

-Te amo- susurra contra mi cabello.

-Yo te amo más- dije y mis pusimos de pie para desayunar.

Chris se había tomado el tiempo de hacer unos panqueques y huevo con tocino muy al estilo estadounidense.

Yo preparé café para ambos y me senté a mirarlo mientras veía como batía la masa con sus brazos.

Atrevidamente digo, necesito esas manos al rededor de mi cuello.

Me bajé del desayunado donde estaba sentada y por atrás lo abracé acariciando su pecho.

-¿Estamos solos?- le pregunté y él asintió- Perfecto.

Comencé a besar su espalda sobre su camiseta blanca y pegando mi nariz a la tela.

-¿Qué haces?- me pregunta divertido, pero por mas que lo acariciara no dejó de hacer sus deberes.

-Solamente te amo de la mejor manera que sé.

Rápidamente apagó la estufa y con agresividad me tomo de la nuca y pegó sus labios con los míos.

Con la otra mano apretó mi trasero y estaba segura que quedaría un moretón después pero no me importaba.

Con lujuria moví mis labios locamente por su boca y bajando a su cuello dejando obviamente marcas por todos lados asegurándome de que más tarde sean como inmensos lunares morados.

Con sus fuertes brazos me tomó de los muslos y me sentó sobre el desayunador. Bajo una mano hasta mi intimidad y comenzó a mover su mano ferozmente en círculos pero yo estaba demasiado mojada.

-No, nmms voy a venir y no quiero hacerlo aún.

-No me interesa- dijo con un gruñido mientras seguía besándome.

También bajó a mi cuello, también dejó chupetones por todos lados hasta a mis pechos.

Con mi cara hundida en su cuello mientras él seguía moviendo sus dedos en mi solté gemidos, por todos lados. Este polvo iba a ser demasiado furioso y eso lo lo hacía más excitante.

CERO AL FINAL #4 ||Christopher Vélez|| TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora