3

243 22 3
                                    

Llegamos al lugar y con lo primero que nos encontramos es con un grupo de chicas sentadas en una mesa grande. Zara trae un vestido rosa fuerte demasiado sexy decorando.

Karina, Ximena, Sasha y Roma nos miran. Tenía un poco de tiempo que no nos vemos y los cambios que resultan en ellas son increíbles.

-Hola- les digo con entusiasmo y abrazo a cada una de ellas -las extraño mucho tontas.

-Nosotras a ti- dice Ximena.

-¿Y Tara?- comenta Roma.

-La dejé con la niñera- responde Lika -no podía traérmela a la fiesta.

-Yo quería conocerla- dice Zara.

-Es una bebé hermosa- les respondo -se parece a su tía Ina.

Con el transcurso de la noche fuimos bebiendo de más en más. Resulta que todas estamos hospedadas en el mismo hotel, menos las chicas con las que Karina y Zara trabajan... y Zara que se queda en el departamento de su prometido obviamente.

-Por favor, díganme que después de aquí nos vamos al hotel para seguir- dice Roma entre risas.

-Yo acepto- respondo.

Estamos bailando entre la gente y no puedo evitar mover mis caderas. Estoy disfrutando la noche como no tienen idea. Mi teléfono comienza a vibrar. Respondo y es Ian.

-¿Amor?- me pregunta.

-Dime guapo- suelto una risita.

-¿Te estás divirtiendo?- me pregunta.

-Mucho, extrañaba mis amigas como no tienes idea. Me alegra mucho verlas y mejor aún, que Lika esté conmigo aquí también.

-Que bueno que te diviertas princesa. Solo para decirte que te quiero mucho y mañana ahí nos vemos. Diviértete nena y no tomes mucho. No quiero que mañana te vaya a doler la cabeza. Cualquier cosa que necesites me hablas.

Se me derrite el corazón en su totalidad. No lo merezco en lo absoluto porque es un gran hombre y yo... yo soy su princesa.

-Está bien amor. Ya te quiero ver mañana.

Colgamos y yo continúo en mi fiesta.

No comprendo qué es lo que tiene el alcohol que hace vulnerable sentimentalmente a las personas. No comprendo si estoy feliz, triste o solo es melancolía.

Voy de manera rápida al baño una vez estando dentro me siento a llorar en la taza. No comprendo la situación, no 'se porque lloro pero cuando menos me doy cuenta ya estoy tecleando el número de Christopher en mi teléfono.

Lo tengo guardado porque cuando cambié de teléfono el registro de contactos quedó aquí pero él no tiene mi número... creo.

Timbra una... dos... y casi tres veces cuando escucho su voz resonar en la bocina. No puedo hablar, estoy en shock cuando repite de nuevo...

-¿Hola?, ¿Hay alguien aquí?- quiero responder pero ni todo el alcohol del mundo me da el valor de hacerlo.

Cuelgo y en ese momento quiero tirarme de un edificio. Tal vez sí sabía que era yo y fue educado... aunque no creo porque yo no se lo pasé.

Quiero darme golpes en la pared. ¿Por qué? ¿Por qué hago estas cosas cuando estoy ebria?

Salgo del baño y me encuentro con Lika.

-¿Estás bien?- me pregunta.

-De maravilla- le respondo. No quería que supiera lo que acaba de pasar.

-No, no lo estás. Tienes los ojos rojos.

-Es que son las pestañas y el rímel. Me cayó y estoy segura que es por eso.

-¿Segura?.

-Segura.

Volvemos a la mesa y ya están recogiendo sus cosas, por lo que me explicó Lika vamos a seguir la fiesta en una de las habitaciones del hotel.

Vamos en la camioneta camino al hotel y yo estoy sentada mirando a la ventana. Zara va al lado mío, luce muy feliz y estoy segura de que ama tanto a Nate. Lo mira con amor desde el primer momento que se conocieron. Ambos se enamoraron uno del otro y ese es el amor puro y verdadero. En el que nunca dejas de amar a esa persona, en el que nada los separa.

-¿Estás bien?- me pregunta mi bella amiga que está apunto de casarse.

-De maravilla, ¿tú?- le pregunto.

-Yo también. Sigo sin creer que mañana me caso con el amor de mi vida- sus ojitos se le llenan de lagrimas.

-Yo sigo sin creer que por fin, una de nosotras, va a casarse... amiga- suelto un suspiro- te deseo lo mejor siempre, en verdad. Me alegra demasiado verte feliz y que estés cumpliendo tu sueño de trabajar para una gran revista y que tu ya casi esposo te apoye en ello.

-Lo sé, estoy viviendo mi propia novela romántica.

-Estás viviendo tu propia novela romántica amiga...

Cuando llegamos al hotel, todas bajamos gritando y haciendo fiesta, por un momento creemos que nos van a correr pero no es así.

Quería disfrutar esta noche pero lo he arruinado yo misma y me odio por eso.

Las habitaciones de este hotel son demasiado grandes y cabemos todas las chicas en ella. Encendemos la música a todo volumen y nos ponemos a cantar.

Todas teníamos algo que lamentar y no hay mejor manera de hacerlo que en una linda canción.

-Quiero cantar "La gata bajo la lluvia por favor"- le pido a la chica que tiene la música.

-¿Y eso?- me pregunta Karina.

-Me encanta esa canción.

Acepto que es una canción muy vieja, mi mamá la cantaba cuando limpiaba la casa y mi abuelita también pero la letra es buena y en estos momentos tiene un buen significado para mi vida.

La canto a todo volumen con un cepillo como micrófono, inspirada me subo a una silla a cantar. Estoy demasiado ebria como para mantener el equilibrio haciendo que caiga de esta misma.

Por un momento no logro saber lo que pasa a mi alrededor pero solo escucho gritos en el fondo...

Siento como unos brazos me levantan y poco a poco la música se va a alejando. Noto que es un chico alto y tiene la piel llena de tatuajes pero no distingo las formas.

-¿Tienes tatuajes?- le pregunto mientras cierro los ojos. Tengo sueño.

-Así es, ¿no sabías?- me río. Su perfume huele demasiado bien.

-Mi ex novio tenía tatuajes... se veía muy sexy.

-¿Era guapo?

-Muy guapo. Se hizo un tatuaje conmigo pero yo me lo quité y él... no sé que hizo- me río a carcajadas.

-¿Tienes novio ahorita?...

Después de esa pregunta no recuerdo nada más que a mi dormida.

CERO AL FINAL #4 ||Christopher Vélez|| TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora