Capítulo 19.

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Me gustaba la eficiencia de nuestros hombres, a primera hora de la mañana estábamos abandonando el hotel para subirnos en el Jet privado que tenemos, Ignati estaba enojado conmigo por romper la promesa que le hice, se que faltaban cuatro días para volver, que  tenía planes con sus nuevos amigos, pero debíamos volver y debía empezar a trabajar en el plan de rescate de Natasha, según lo que sabíamos está de ocho meses, lo que significaba que el bebé podría nacer en un mes o adelantarse y para ello debemos estar preparados. Si nos tenemos que llevar por los códigos de la mafia, ella debía morir después de dar a luz al niño, si eso llega a pasar nos vamos a traer a ese pequeño porque también es un principe de la Bratvá y nosotros lo cuidaremos de todo.

Con respecto al tema de Danna, le había dejado una nota con varias indicaciones, una de ellas le explicaba que podían quedarse en el hotel el tiempo que deseen y que de ahora en adelante tendrían guardaespaldas por cualquier cosa, no me olvidaba que el hecho que su ex seguía vivo y quiere atentan en contra de ella o sus hijos. Después le aseguré que no se preocupe con lo legal que seguía ocupando el lugar de su abogado y por último le dejé un pase VIP para que vuelva al infierno cuando quiera, si desea seguir conociendo ese lugar lo podría hacer sola o con otro que quiera corromper su ser con la perversidad y morbosidad que hay detrás de todas las puertas. Ella debía aprender a que podía buscar sus deseos carnales sin la necesidad de enamorarse, solo sexo sin compromisos y después nadie se preocuparía del otro.

— ¿Cuándo volveremos? — pregunta mi hijo sin mirarme, sus ojos estaban en su iPad.

— En unos meses, para la boda de Eric y Jessica — respondo mirando que para ellos falta más de ocho meses para ese evento.

— ¿Y eso sería? —

— En un par de meses — contesto.

— Lo único bueno de volver a casa es que tengo mi laboratorio — ruedo los ojos al escucharlo. — Veré a la tía Lexie, a los gemelos y podré hablar con el tío Gav, además voy a retomar mis clases de defensa con Antonily — agrega con una gran sonrisa.

— ¿No era que no te gustaba las clases de defensa? — inquiere enarcando una de mis cejas.

Desde años peleó con él por el tema que debe aprender a defenderse, tendrá guardaespaldas toda su vida, pero hay a ciertos lugares donde ellos no pueden ingresar y es por esto que necesito que aprenda a como liberarse de alguien que podría atacarlo. Una de las reglas básicas de la vida es sobrevivir y eso es lo que hacemos, somos nosotros o nuestros enemigos, me ponía orgulloso que Ignati por medios propios haya aceptado retomar sus clases.

— Los necesito, Sasha me dijo que tenía mi edad cuando empezó a entrenar con el tío Dima, después el tío Gav le enseñó algunas cosas y Antonily perfeccionó cada movimiento — me cuenta encogiendo sus hombros.

— Me gusta que quieras aprender — afirmo sonríendo.

— Además dijo que las mujeres aman que a los hombres se le marquen bien los abdominales — agrega.

— ¿Eso te dijo? — pregunto aguantando mis ganas de reírme.

— Sí y quiero marcar mis abdominales — sentencia con seguridad.

— La inteligencia también le gusta a las mujeres — acoto.

— La inteligencia la tengo, la belleza la heredé de tí y ahora quiero marcar mi cuerpo, así seré perfecto para ella — declara pensativo.

— ¿Para ella? — consulto divertido.

— Debo escuchar mi clase diaria de alemán, no molestes papá — contesta nervioso mientras se coloca sus auriculares para no querer contestar mi pregunta.

Redimirse (2° SAP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora