Danna.
Necesitaba estar tranquila, por las gemelas y sobre todo porque si volvía a tener uno de los ataques que tuve hace unas horas atrás volverían a darme un tranquilizante asi bajaba todos mis nervios. No quería eso, necesitaba estar con todos mis sentidos mientras esperaba a mis niños, sigo sin entender que hicieron o como se expusieron al peligro, me culpo por no haberles prestado atención, esto de estar en cama hoy no ayudaba en nada porque me sentía una inútil que dejó a sus hijos en manos de un psicópata, pero mi fé por Gauss es enorme y confío en que traerá a nuestros niños sanos y salvos, por eso debía poner un poco de mí porque le prometí que estaría tranquila por ellas, por nuestras gemelas que todavía estaban en mi vientre creciendo poco a poco.
— ¿Sabes algo? — le pregunto a Melany cuando ingresa a mi habitación.
— Nada — suspira. — Los hombres son una tumba en esta casa — agrega chasqueando su lengua.
— ¿Iván? —
— No puedo llamarlo Danna, es la mano derecha de Gauss y puedo ser su novia, pero no pondría en peligro a su equipo por atenderme el teléfono a mi — acota.
— ¿Cómo se escaparon? — consulto tocando mi vientre porque las gemelas se movían demasiado.
— Ignati manipuló las cámaras de seguridad y luego usando uno de sus programas salieron por la puerta trasera — muerde sus labios inferiores. — Esos niños son unos masoquistas, le repetí muchas veces que no debían salir, tú lo hiciste, Gauss y todos los que estábamos en esta casa lo repetimos — niega su cabeza.
— Digamos lo que digamos ellos lo hubieran echo igual, los tres son bastantes cabezas duras — afirmo con media sonrisa.
Solo rogaba que mis niños estén bien, se cómo es la personalidad de Ignati, pero Hunter y Lucia era la primera vez que estaban metidos en algo como esto, lo peor que el enfermo al que ayudó a la concepción de sus vidas es un maldito psicópata que tenía las palabras justas para hacerte mierda en segundos, solo espero que Gauss llegue antes y terminé por una buena vez con este mal que nos acompaña hace meses.
— Melany — murmuro sintiendo algo entre mis piernas.
— ¡Oh, mi dios! — exclama destapando las sábanas para ver la mancha de sangre entre mis piernas.
No, esto no debía pasar.
— ¡Mamá! ¡Chicos! — grita desde el pasillo.
— Se habrá desprendido la placenta — dice Amanda entrando alarmada al solo verme.
— ¿Qué hacemos? — escucho que pregunta uno de los hombres de Gauss.
— Debemos llevarla al hospital, no tengo nada para impedir ese sangrado y no debemos perder tiempo — sentencia Amanda.
— Tenemos que llegar con urgencia — acota Melany.
— Lo más rápido es por vía aérea, creo que el helicóptero está en la zona — dicen unas voces.
— Danna — siento como Amanda tomo mi rostro entre sus manos. — Aguanta, linda — me pide y se que muevo mi cabeza diciendo que sí.
Escuchaba voces, muchas a mi lado y yo me sentía en una especie de nube, veía destellos de luces a mi lado, ni siquiera recordaba que es lo que me estaba pasando en ese momento dónde todos gritaban mi nombre.
***
Hunter.
Nos encontrábamos los tres sentados en una habitación, en manos de un hombre que decía ser nuestro padre, bueno de Lucía y mío, pero mamá nos había dicho que el murió cuando ella estaba embarazada y yo tenía pocos meses de vida.
No sé mucho de ese hombre, algunas cosas que escuché por ahí, todos coinciden en que es malo y que tanto a mamá como a la mujer que me trajo a mi al mundo nos maltrato. Solo fuimos objetos para un retorcido plan que lo llevó a la muerte, sin dudas no murió, pero tampoco sabía cómo sentirme con respecto a todo lo que estaba sucediendo, solo sabía que no podía creer en sus mentiras.Ese hombre no es mi papá.
— ¿Estás bien? — me pregunta Ignati suspirando.
— Ahora que ella se durmió, si — reconozco mirando a mi hermanita que no había parado de llorar desde que ese hombre entro a la habitación y nos dijo que lo llamemos papá, ambos nos negamos, Lucia tuvo la brillante idea de decirle que nuestro padre era Gauss, como que enfadó al extraño y la golpeó. Entre Ignati y yo empujamos a ese desagradable hombre para que no le toque nunca más a ella.
— Maldita escoria — masculla. — Puede ser insoportable, pero no merecía esos golpes — agrega pasando su mano por la mejilla de Lucía.
Él tiene razón, puede ser la niña más charlatana e insoportable, pero es nuestra hermana y debíamos convivir con eso por el resto de nuestras vidas.
— Gracias por ayudarme — agradezco, si no fuera por él sin dudas ese hombre la hubiera marcado con su cinturon.
— Es un hijo de su madre, no debía hacer eso — acota bufando mirando su reloj.
— ¿Qué miras? — le pregunto frunciendo su ceño.
— Que las bacterias vendrán por nosotros — declara haciendo que lo mire de nuevo.
¿Bacterias?
Es raro, a veces no logro comprenderlo en su totalidad, pero está ve si que estaba confundido.
— ¿Qué bacterias? —
— Papá vendrá por nosotros, la Bratva hará arder todo — afirma con una gran sonrisa.
— ¿Qué es la Bratva? —
— Es el equipo donde juega papá, ellos son una organización unida y no dudarán en venir por nosotros — asegura sin borrar su sonrisa.
— Me gustaría tener un papá como el tuyo, te quiere, no como el nuestro que solo quiere lastimar a mi mamá — comento molesto.
— A eso no le puedes llamar papá, es una porquería y lo mejor fue crecer sin él. Sabes la mujer que me trajo al mundo me dejó abandonado cuando era un bebé, años después conocí a mi papá y es lo mejor de este mundo crecer a su lado. Debes pensar lo mismo con tu mamá, ella les da todo ...
— Ella es la mejor mamá del mundo — aseguro sonriendo.
— Mi papá es el mejor de este mundo — agrega él.
— Si son los mejores, podemos unirlos — ambos nos giramos a ver a Lucia que rascaba su ojo.
— Sigue durmiendo — le contesta Ignati.
— ¡Niño tonto! — dice ella tirando su almohada que justo le pega en su cara.
— ¡Niña! — se queja.
— Ojalá que Ellie no quiera ser más tu amiga — acota mi hermana.
— Por lo menos tengo amigos, no como tú — le pelea.
Ignati nos llevaba dos años de diferencia, pero cuando peleaba con Lucia parecía que tenían mucho menos ambos.
— ¿Qué es eso? — pregunto por el gran ruido de algo cayendo.
— Las bacterias vienen por nosotros — comenta Ignati con una sonrisa arrogante a la vez que marca su antebrazo.
— ¿Bacterias? — consulta Lu asustada.
Él rueda los ojos. — Papá vino por nosotros — contesta provocando alivio en todos
— ¿Papi Gauss? — dice mi hermana dudosa.
Ignati rueda los ojos y termina bufando. — Si, papi Gauss, niña — le contesta.
— Él es nuestro papá, no ese señor — reconoce ella tirándose para abrazar a Ignati que se queja de la efusividad de nuestra hermana.
Lucia tenía algo de razón, Gauss fue lo más cercano a una figura paterna qué hemos tenido, no tengo quejas es un buen señor y cuida mucho de mi mamá. Creo que ella debe tener la última palabra en todo esto, pero sin dudas me estaba acostumbrando a esto, a ser por primera vez una familia bastante grande y no solo nosotros tres.
Papi Gauss, como lo llama mi hermana, venía por nosotros y esperaba que haga algo malo con ese señor que lastimó a Lucia.
Nadie debía tocar a mis hermanos y creo que ahora Gauss le dejaría en claro a todo el mundo.
* Próximo capítulo lunes 19 de abril. ❣️
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Redimirse (2° SAP)
RomansSegunda historia de la Saga Atracciones Peligrosas (SAP) Ella vivió un pasado tormentoso, dónde le quedó dos hermosos regalos que son su mayor tesoro en su vida. Para Danna su mundo son sus hijos, lo demás no importa. Él es el segundo al mando, la s...