Capítulo 37.

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Danna.

Con perseverancia y fortaleza, acá me encontraba llegando a semana número treinta y cuatro de embarazo. Las gemelas eran fuertes, todo dependía de la ecografía de esta tarde, si todo salían bien aguantaban una semana más, pero si el nivel de líquido de la placenta era muy poco, hoy mismo nacerán las pequeñas. Mi cabeza era una sin fin de sentimientos encontrados, sería mamá de nuevo, pero sabía que ellas estarían varias semanas en cuidados neonatales y eso me hacía sentir culpable, era mi deber aguantar lo máximo para garantizar su bienestar y salud.
Mirando mi celular una sonrisa se formó en mi rostro al ver la foto que Gauss me había enviado una selfie dónde aparecían Hunter, Lucia, Ignati y él, en la habitación de las gemelas, las dos T sobre la cabecera de las cunas dejaban claro que ya eligieron el segundo nombre entre ellos.

Mi relación con Gauss estás semanas comenzaba a cambiar de forma radical. Nuestras citas improvisadas por las noches nos estaba haciendo conocer más, bueno yo lo estaba haciendo mejor dicho, me había contado sobre su familia y la mafia, su creación del infierno, la finalidad de ello y sugirió que el día que todo esto pase podríamos retomar, pero que sería en Chicago porque las que habían en Moscú debía prepararme mentalmente porque había que dejar muchos prejuicios de lado para entrar a ese lugar.

— Hola — dice una mujer elegante entrando a la habitación. Cuando se saca los lentes de sol que llevaba la reconozco, la cuñada de Gauss y la reina de la Bratva.

— Hola — saludo sorprendida por su visita.

— ¿Señora? — habla el hombre vestido de negro detrás suyo que carga muchas bolsas en sus manos.

— Déjalo ahí y espérame afuera — le ordena marcando la mesa cercana a mi cama.

— Si, señora — le contesta el hombre cerrando la puerta detrás nuestro.

— Perdón mi atrevimiento, pero no pude contenerme y traje muchos regalos para las pequeñas Sokolova — acota sonriendo mientras me muestra unos pequeños vestiditos color rosa y lila.

— Gracias, pero perdón que suene tan brusca — ella se sienta en la silla a mi lado enarcando una de sus cejas. — ¿A qué debo tu visita? — pregunto.

Alexia sonríe. — Directa, me gusta. Creo que necesitas hablar con alguien que también estuvo en tu mismo lugar en diferentes condiciones, pero estuve en ese momento en que él miedo puede ser nuestro total enemigo si pensamos mucho sobre que tan peligroso es ser parte de la mafia ...

— ¿Cómo te enteraste que tú esposo es de la mafia? — la interrumpo.

— Una mujer loca me secuestro y quiso matarme, vino a rescatarme entonces no tuvo mejor idea que degollar a la loca delante de mis ojos — ella sonríe negando su cabeza. — tengo fobia cuando veo exceso de sangre así que cuando desperté de mi desmayo estaba en su casa, necesitaba respuesta y Gavriel no dudo en decirme quién era — agrega sin borrar su sonrisa.

— ¿No te de miedo por tí o tus hijos? — consulto.

— Lo tenía, porque piensas que este mundo de la mafia es malo, pero nada es lo que parece además Gavriel me dió herramientas para que me tengan respeto absoluto. Si alguien se mete conmigo o mi familia, no voy a dudar en cargar mi furia en ellos y de la peor forma — sentencia con seguridad.

Se notaba lo fuerte que es y en verdad sentía admiración por ella.

— ¿Mataste a alguien? —

— Sí, pero esa persona lo merecía. El bien o el mal es subjetivo cuando de la mafia se trata, pero recuerda algo ellos no son héroes porque no van a sacrificarse por el mundo, en si son villanos capaces de poner arder el jodido mundo con tal de salvarnos además los Sokolov cuando se enamoran pondrán el mundo a sus pies por sus reina. — veo que toma su teléfono y marca. — ¿Qué opinas tú de los Sokolov? — le pregunta a alguien a través de la pantalla.

Redimirse (2° SAP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora