Decir que había paz era mentir, mi vida no sabe lo que es esa palabra, siempre vivimos al límite y peligro, pero después de años siendo parte de la mafia roja estaba acostumbrado a estar en alerta ante cualquier problema. Solo que ahora mi vida no solo tenía que proteger a Ignati sino a cinco personas más que no estaban ni preparados para lo que significaba ser parte de la mafia más grande y poderosa del mundo. Era mi momento de darle los métodos para que puedan defenderse, así como hice con mi hijo, tanto Hunter y Lucia debían ser más autodepediente al igual que lo serán las gemelas, todos son parte de la Bratva.
— ¿Te duele? — le pregunto a Lucía que estaba sentada a mi lado. Hunter e Ignati dormían en en el sillón continuo mientras que Danna también lo hacía en su cama. Ninguno quiso separarse de su madre, ganaron por su terquedad y acá estábamos, esperando que le hagan el último estudio a ella para saber si las gemelas nacerán está madrugada o esperarían un tiempo más. Son tan pequeñas ambas, no llegaban a pensar ni un kilo cada una y los doctores nos informaron que los probabilidad de que vivan es muy poca, lo que ellos no sabían que esas niñas son una guerreras como su madre y van a poder con esto. Los siete nos iríamos de esta clínica juntos para nuestra casa.
— Algo — contesta comiendo un chocolate. — ¿Papi Gauss? — me llama haciendo que la mire con atención, ya no me quejaba por como me llamaba si no que me empezaba a acostumbrar a ello.
— Dime —
— ¿Ese señor malo en verdad es mi papá? — consulta.
— Sí — respondo suspirando.
— No quiero que sea mi papá, es malo, muy malo — acota asustada. Toda su vida se crío sin una figura paterna, años quiso un padre y en la primera que se encuentra con él, este hijo de puta la golpea con su cinturón.
— Entonces olvida lo que te dijo — sugiero.
— ¿Él no nos va a lastimar? — me pregunta temerosa.
— No Lucia, ese hombre nunca más lo van a volver a ver y mucho menos los va a lastimar — sentencio con seguridad.
Dieter Koch tenía las horas contadas porque en el mínimo tiempo que tenga iré a terminar de una buena vez con él.— ¿Y puedo decirte papá a tí? —
— Ya le dices papi a mi papá — responde Ignati rodando sus ojos.
— ¿Puedes compartir a tú papá conmigo? — le pregunta haciendo que mi hijo me mire primero y luego suspira resignado.
— Está bien — responde acomodándose en el sillón para seguir durmiendo.
— Lucia — escuchamos la voz de su madre. — Ya hablamos sobre ese tema, además a Gauss no le gusta que le digas así ...
— Por mí puede hacerlo tranquila, no tengo problemas que me llame como a ella más le guste — la interrumpo sonriendo a la niña que me mira contenta.
Justo en ese momento la doctora entra a la habitación, por suerte los exámenes dan bien, pero Danna estaría internada en este lugar por su seguridad porque si llegaba a pasar algo como lo que sucedió hoy, ninguna de las tres llegaría con vida a cualquier centro de salud para ayudarla, por eso me parecía más correcto quedarnos aquí, querían que las gemelas aguanten cuatro semanas más dentro de su madre y podrían tener los pulmones más desarrollados. Ya nos hicimos la cabeza que estarán unas largas semanas en cuidados neonatales hasta que estén fuertes para llevarlas a casa, nos quedaba un largo tramo todavía, pero confiaba en la fuerza de mis tres chicas.
— Cuidas a todos, los niños están dormidos y voy a aprovechar a terminar el asunto — le digo a Iván que lo estaba dejando a cargo del cuidado de mi familia.
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Redimirse (2° SAP)
RomanceSegunda historia de la Saga Atracciones Peligrosas (SAP) Ella vivió un pasado tormentoso, dónde le quedó dos hermosos regalos que son su mayor tesoro en su vida. Para Danna su mundo son sus hijos, lo demás no importa. Él es el segundo al mando, la s...