Capítulo 25.

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La verdad no estaba preparado para ser padre, mucho menos de gemelas, pero debía empezar a hacerme la idea que pronto mis hijas llegarían al mundo y debía poner todo en orden para su seguridad, así como pondría arder el mundo por Ignati también lo haré por ellas, porque son mis futuras princesas de la mafia, por eso debía sacar a los problemas que alteran a su madre antes de que ellas nazcan.
Después de horas de viaje, estábamos aterrizando en San Petersburgo, tenía todo organizado con el equipo que resguardará la seguridad de Danna, sus hijos, del mío y de nuestras hijas, después de todo estábamos en guerra con Dieter,
lo haría salir de la ratonera en dónde está escondido para que venga por mí y en cuando esté en mi territorio lo haré pagar todo lo que hizo, estoy contando las horas para que nos topemos frente a frente.

— Estamos listos, señor — dice Iván cuando verificaron que este todo en orden antes de bajar al avión.

— ¿Por qué no podemos bajar? — pregunta Hunter a mi lado.

— Ahora lo haremos — contesto suspirando.

— Estábamos preparados para bajar — habla Iván desde su nano comunicador.

Siguiendo el protocolo que habíamos diseñado, bajo primero del avión para subir en dirección al auto donde Sergey esperaba, luego bajaron los niños, Danna que los metieron en otro auto y por último Melany con su madre, que al ser obstetra ayudará en el tema del cuidado del embarazo, no sabemos si las gemelas llegarán a termino, teníamos que estar preparado para cualquier circunstancia, no quería estar desprevenido.

— ¿Ignati? — le pregunto a Sergey mientras empieza a conducir.

— Sabe que algo está sucediendo, no termino de atar cabos, pero le parece raro su partida, señor — me cuenta.

Suspiro. — Debo hablar con él, no tengo idea ni como se lo diré — comento cansado.

No ser sincero con mi hijo es lo que más me está costando, el sentimiento de culpa se hace más grande y sobre todo tengo miedo de la forma en la que puede reaccionar. No quiero que me odie, se que será inevitable, pero estaría encantado que pueda establecer una relación con sus hermanas, después de todo ellos son y serán lo más importante en mi vida.

— Conociendo cómo es el señorito Ignati se enojará un par de horas, luego se le pasará. Es un buen niño solo que tiene un carácter bastante complicado — asegura.

— Si eso lo heredó de mi — afirmo pensando que necesito ver a mi hijo.

Todo estos años fuimos nosotros dos contra el mundo, tenía que demostrar que nada cambiará con la llegada de las gemelas, voy amarlos por igual y daré mi vida por ellos tres.

— El señor Gavriel lo está esperando — me comunica haciendo que frunza mi ceño.

¿Qué hace mi hermano en San Petersburgo?

Todo el trayecto hasta la mansión me puse al corriente de todos los movimientos de Koch durante estos seis meses, China, Japón y ahora estaba perdido por los Emiratos árabes, definitivamente era momento de que hable con algunos jeques con los cuales teníamos varios negocios en común. La ayuda de los aliados suma en estos momentos de guerra, supongo que la rata ya debe saber quién soy y a dónde pertenezco.

— ¿Qué haces aquí? — le pregunto a mi hermano al verlo parado en la puerta.

— Vine a verte, además de conocer a la madre de mis futuros sobrinos — dice cuando nos saludamos.

Ambos miramos al ruido de tacones que se escuchaba en el interior de la casa y observo como mi cuñada sale a nuestro encuentro con una gran sonrisa.

Redimirse (2° SAP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora