Capítulo nueve.

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—Lo hiciste— Elisha se tapó la boca— lo hiciste

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—Lo hiciste— Elisha se tapó la boca— lo hiciste.

—Lo hice.

—¿Qué le dirás cuando descubra la verdad?

—¿Cómo podría saberlo?

—Estamos en Dawling Town, idiota— el duque le dio una mirada asesina— los rumores corren más rápido de las liebres.

—No lo sabrá.

Y si lo llegaba a saber tendría que decir la verdad.

No se avergonzaba de estar completamente rendido ante esos ojos azules y ese carácter que lo dejaba encendido de pies a cabeza.

—¿Irás a verla hoy?

—Si, tengo un mes, Elisha, no puedo desperdiciar tiempo.

—Quisiera ser como tu— se levantó de su asiento— determinado, con un propósito— sonrió pensándolo mejor— a quién engaño, me encanta vivir la vida.

—Espera a que tu padre te descubra.

—No lo sabrá por ti así que no creo que lo sepa pronto— tomó una botella de whisky y sirvió dos vasos— además, Eleazar está por llegar y cuando eso pase nadie se acordará de mí.

No había resentimiento en sus palabras pero sí se notaba que le dolía. Una vez que llegara el príncipe heredero nadie se acordaría del segundo príncipe.

—Deberías buscar algo que hacer, más que meterte en problemas.

—Tienes toda la razón, mi buen amigo. — tomó el licor de golpe— Es por eso que tú me acompañaras a la fiesta del pueblo.

—No gracias.

—Será una buena oportunidad para pasar tiempo con tu amada Phoenix.

Se puso de pie disgustado por la táctica de convencimiento o quizás le enojó el hecho de que si había funcionado.

—Dime la hora y el lugar, iré a hablar con tu padre.

Elisha se frotó las manos, encantado de haber convencido al gran y temible duque.

Todo el pueblo se preparaba para la gran fiesta. Una vez al año se celebraba la llegada del invierno con juegos, bailes callejeros y la rica comida que preparaban los mismos habitantes.

Este y como todos los años, Amanda llevaría su aclamado pavo con verduras. Era un platillo que no podía faltar en la fiesta.

Cassia cortaba las zanahorias mientra su madre cortaba las cebollas.

—¿Sabes? Me da tristeza que hasta hace unos días pensaba que Phoenix nunca se casaría— Amanda lloraba— esa niña siempre me ha dado problemas y ahora está a punto de irse.

La Prometida del Duque busca una Aventura. | Crónicas de Dawling Town IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora