Capítulo quince.

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Phoenix despertó temprano esa mañana

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Phoenix despertó temprano esa mañana. No quería seguir durmiendo porque cada vez que cerraba sus ojos aparecían esos ojos de mapache provocandola.

—Lo odio.

—¿A quien?

Olive se quedó paralizada al escuchar la voz de la joven. Estaba molesta y por poco pensó que se le lanzaría encima

—¿Quien más, Olive? El duque de Waldrom.

—Bueno, hablando de eso— Olive dudó y Phoenix enarcó una ceja para motivarla a hablar— me mandaron a decirle que se preparara para ir a la casona del duque, el carruaje llega antes del almuerzo.

Phoenix lo había olvidado por completo, se supone que hoy se juntarían a hablar algunas cosas de la boda que se realizaría en menos de tres semanas.

Estaba emocionada.

Se puso de pie y comenzó a alistarse con su vestido más hermoso. También peinó su cabello y se aplicó perfume.

Cuando estuvo lista bajó a saludar a sus hermanas.

Althaia fue la primera en notarla y recordando todo lo que le soltó ayer al duque, bajó el rostro. De una u otra forma sentía que había traicionado a su hermana.

Phile le indicó que tomara asiento mientras leía el periódico.

Su madre no se encontraba y se sintió aliviada, aún no habían hablado de la discusión del otro día.

—¿Irás con el duque?— Acacia se acercó a ella, arrastrando su codo sobre la mesa— Tienes tanta suerte.

—Últimamente estás muy interesada en él.

—Es el único duque en el pueblo.

Phoenix rodó sus ojos y se dedicó a tomar su desayuno en paz. Tenía que guardar fuerzas para cuando estuviera frente a esos ojos de mapache.

Phile se levantó con la excusa de que tenía que atender unos asuntos de los trabajadores de la mina. La verdad es que aún tenía las palabras de Althaia en su cabeza.

El ambiente era raro así que Phoenix se apresuró para no contagiarse con la mala vibra, suficiente tenía con su odio auto infligido hacia el duque.

Una hora más tarde, Olive le informaba que el carruaje ya estaba afuera, listo para llevarla a la casona

Se miró una vez más en el espejo y tomó sus pechos con una sonrisa. Tenía toda la intención de sacar al duque de sus casillas el día de hoy.

Arriesgaba su cabeza y también su estabilidad emocional.

El camino a la casona fue el mismo de siempre solo que esta vez la acompañaba Olive. Era la más nerviosa de las dos.

—Tranquila, Olive.

La Prometida del Duque busca una Aventura. | Crónicas de Dawling Town IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora