¿Estás al día con el último chisme de Dawling Town? ¿No? Pues, Phoenix Lamswood fue vista otra vez frecuentando la casa de un hombre casado. Esa chica no tiene vergüenza ni consideración con su familia. Oh, pasando a otro tema ¿Te enteraste ya que e...
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—Phoenix— Elisha pronunció ese nombre con curiosidad— Phoenix.
Se quitó la peluca y siguió al duque por la casona.
—Terminarás gastando su nombre.
—Oh vamos— se lanzó en el sillón de la habitación— ella es hermosa, creo que tendré sueños indecorosos esta noche.
Una almohada voló hasta su cara. Se la quitó indignado ante tal acto. Una sábana voló en su dirección también.
—¿Qué te pasa, Rowland?
—Nada.
—Oh, no es nada— rodó los ojos y decidió molestarlo— ¿Acaso es porque soñaré que tendré a Phoenix en mis brazos? Quizás levante su falda o de plano quite su vestido.
El duque apretó los puños furioso ante la idea de otro hombre tocando a la chica. Ella merecía mucho más que eso.
Elisha siguió hablando y no le dió otra opción más que lanzarle una colcha y callarlo.
—Si no te molesta, quiero descansar.
—Joder, Rowland, solo admite que te gusta la chica.
—¿Y si me gusta qué?
—Dilo y no iré tras ella.
Él nunca iría tras ella, no era ese tipo de hombre y por muy hermosa que ella fuera, su amigo ya estaba interesado en ella.
Las luces de las velas se apagaron y Elisha terminó de hacer su cama sobre el sillón extrañamente cómodo. Se acostó pensando en qué excusa inventarle a su padre cuando llegara mañana por la mañana.
Seguro que si decía el nombre del duque le dejaría pasar todo. Dejo salir una risa y acomodó su almohada.
—Ella me gusta— escuchó a lo lejos— así que no sueñes con ella.
Se rio en silencio de su amigo quien sonaba como un niño, claro que no iba a soñar con ella. Y tampoco esperaba soñar con una mujer esa noche. Sin embargo estaba totalmente equivocado.
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El día del baile había llegado. En esta ocasión se anunciaría el compromiso de algún conde o marqués.
Phoenix estaba muy distraída mirando por la ventana pensando en quien no había dejado su pensamiento hace días.
Esperaba encontrarlo aquí.
Phile le tocó el brazo para decirle que ya tenían que bajar. Su hermana había notado el cambio en ella y estaba bastante sorprendida.
Cuando llegaron a la puerta de entrada, las cinco hicieron una reverencia pero solo ella se detuvo a buscar al duque entre los invitados.
