Capítulo doce.

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Rowland pasaba las páginas sin siquiera leerlas

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Rowland pasaba las páginas sin siquiera leerlas. Su mente estaba en otro lugar y con otra persona.

No tenía claro en qué momento se le había metido cierta señorita tan debajo de su piel que ni siquiera en el trabajo podía dejar de pensar en ella.

Llevaba diez minutos pasando página tras página y el Rey lo había notado.

—¿Hay algún problema con el plan de cosecha, Rowland?

El duque miró al hombre frente a él y volvió a la hoja, luego lo miró y así hasta que recordó en qué lugar estaba y con quien.

—Lo siento, su majestad— ajustó el cuello de su camisa— perdí la concentración.

—Durante cincuenta páginas, muchacho, tendrás que volver a leer todo ese montón de hojas.

—Lo haré, pero de lo que he leído creo que es un excelente plan para iniciar en primavera.

—Lo mismo pensaba, de todas formas quería saber tu opinión.

—Usted sabe que no se mucho de esto.

—Pero estás totalmente capacitado para opinar sobre ello, Rowland— el Rey tomó su taza de té y lo miró sobre ella— enviaré a Elisha a hacer este trabajo, una vez se acabe el invierno.

—Creo que el príncipe Elisha lo hará excelente.

—Yo también.

El duque sonrió al mismo tiempo que el Rey, quien luego volvió su vista al montón de solicitudes frente a él.

Había aceptado y denegado muchas solicitudes hasta ahora y lo único que quería era terminar para ir a ver las rosas del jardín.

Dejó la taza en su lugar y se dispuso a leer la primera línea del documento.

Solicitud de matrimonio.

Siguió leyendo y frases como matrimonio por amor o a realizarse en menos de un mes lo dejaron divertido hasta que llegó hasta el nombre de los solicitantes.

El duque Rowland de Waldrom y la señorita Phoenix de Lamswood, hija del difunto marqués de Lamswood.

Levantó la vista hasta el joven frente a él y lo evaluó. Quizás esta era una broma para la cual él no estaba preparado.

Volvió a leer porque no estaba seguro si su mente lo había traicionado al leer el motivo del apuro.

No, claramente ahí decía la palabra amor.

Lo miró otra vez intentando descifrar cuando tuvo tiempo de conocer a una chica y enamorarse si pasaba todos los días trabajando desde que llegó al pueblo.

Quizás se había ido enamorado a los diecisiete.

Rowland detuvo su lectura cuando sintió los ojos del Rey perforando su frente. Lo atrapó con la mirada curiosa y llena de preguntas.

La Prometida del Duque busca una Aventura. | Crónicas de Dawling Town IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora