Capítulo diecinueve.

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Phoenix se encontraba sentada en su cama, viendo todo a su alrededor

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Phoenix se encontraba sentada en su cama, viendo todo a su alrededor. Dio un pequeño salto de sorpresa y el duque se reprendió por no tocar antes de entrar.

—¿Cómo te encuentras?

Se acercó, sin control sobre su propio cuerpo al acariciar el rostro de la joven. Phoenix cerró los ojos ante la cálida sensación que le daban sus manos.

—Estoy bien— sus ojos se veían rojos e hinchados— solo... No es nada.

—Dime.

—Yo... Creí que despertaría a tu lado. Sentí un poco de miedo al verme sola.

Le dolió el pecho verla tan asustada.

Se sentó lo más cerca que pudo de ella y entrelazó sus dedos con los suyos.

El sol comenzaba a salir y unos pequeños rayos iluminaban la habitación. Ella era tan hermosa en comparación a esos rayos.

A diferencia de ayer, cuando la vió completamente perdida, ahora solo podía ver el miedo en sus ojos.

—No se sentía correcto— besó su mano— no después de lo que tuviste que vivir.

—No te temo a ti, Rowland.

—Lo sé— susurró no sabiendo por dónde empezar— sin embargo, me quedé a tu lado la mayor parte de la noche.

—Gracias.

Su labio tembló y se acercó más hacia él. Quería sentir su toque y su olor.

Rowland entendió enseguida y envolvió sus brazos alrededor de ella. Estiró sus piernas sobre la cama y acarició su cabello para lograr relajarla.

—Necesito que me digas todo, Phoenix.

La chica se tensó y por un segundo él pensó que quizás era demasiado pronto para recordar el suceso.

—No te puedo decir quién fue.

—¿Lo estás protegiendo?— frunció el ceño ante su propia pregunta.

Horrorizada, Phoenix tomó un poco de distancia ¿Cómo ella podría proteger a ese perro?

—Lo siento— susurró atrayéndola a sus brazos nuevamente— eso fue horrible de mi parte. Pero es en serio, Phoenix, necesito que me digas quien fue.

Negó con lágrimas en sus ojos y corrió la vista.

—El dijo que te mataría si le decía a alguien, también mataría a mis hermanas.

—Lo mataré primero.

Phoenix ni siquiera se dio el tiempo de sorprenderse. El duque había demostrado facetas frías delante de ella pero ahora era algo totalmente diferente. Aún así, no sintió temor de sus palabras.

La Prometida del Duque busca una Aventura. | Crónicas de Dawling Town IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora