Epílogo.

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Rowland la tomó de los muslos y la subió al escritorio

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Rowland la tomó de los muslos y la subió al escritorio. Afuera aún se escuchaba el sonido animado de los invitados y la música.

Besó su cuello robándole un jadeo desesperado.

Sintió la mano de Phoenix apretando su miembro, sobre sus pantalones y la otra atrayéndolo más, empujándolo a la altura de su trasero.

Levantó la mirada y lo que encontró le revolvió el mundo. La pasión, el amor, el desafío y la rabia en un azul demasiado profundo.

—No tienes idea de lo mucho que me enloquecen tus ojos.

—No me hables cuando estoy enojada contigo.

—Oh, vamos, no fue mi culpa— levantó la falda del vestido para acariciar sus muslos.

—Nuestra boda fue un desastre y si fue tu culpa.

La furia bailaba en sus ojos más lo tomó del cuello y lo besó con ansias.

Dejó que bajara la parte superior del vestido y disfrutó cuando tomó uno de sus pezones en su boca.

Se veía hermosa en su vestido de novia pero la prefería desnuda en estos momentos.

Subió su mano con la intención de deshacer el odioso moño en su cabeza pero ella lo detuvo.

—No— jadeó— si lo haces todos sabrán lo que hemos estado haciendo. Llevamos un tiempo desaparecidos.

—¿Sigues molesta?

—Muy molesta.

—Pajarito— dijo casi como un niño.

Lo que había hecho no había sido tan terrible.

~~~

Dos horas antes...

—Pajarito— susurró.

Phoenix se volteó asustada ante tal aparición. Le había dicho a Rowland que se quedara al otro lado de la casona mientras ella se terminaba de arreglar.

La ceremonia empezaba en una hora y él estaba ahí, igual como lo había dejado hace un rato.

—¿Por qué no estás vestido?

—Bueno— entró a la habitación— verás...

—Rowland.

—Elisha perdió los anillos.

Soltó sin más esperando por la reacción de Phoenix.

Le recordó mucho cuando ella se había enterado que él había pedido su mano sin preguntarle primero.

Miró la puerta dispuesto a correr pero no sacaba nada. Además no era un hombre que corriera de sus problemas.

—Dime que es mentira.

La Prometida del Duque busca una Aventura. | Crónicas de Dawling Town IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora