HYBRID PARADISE [One-Shots] [Personaje x Lectora] [CERRADO]

Pirata!Katsuki Bakugou x Híbrida!Lectora [BNHA] [2]

Estaba apoyada en la baranda de madera, observando fijamente el agua azulada que se mueve bajo el barco. Llevaban alrededor de dos semanas navegando, desde que se unieron de manera provisoria a la tripulación. Mina había encontrado su lugar con los demás, lo cual no la extrañaba; era una persona sociable y activa, a Katsuki podría venirle bien una persona como ella para crear distracciones o participar en botines.

¿En cuanto a ella? Bueno, no sabía exactamente que podía hacer, además de ayudar en la cocina.

(T/n) había pasado gran parte de su tiempo encadenada y encerrada, y tampoco tenía permitido hacer muchas cosas en público o por los demás debido a su apariencia «monstruosa». Fue como si le hubieran arrebatado toda la motivación de golpe, dejándola sin nada. Más que con el recuerdo de que alguna vez fue feliz y libre; tal vez por eso había insistido demasiado en la idea de escaparse. Creía que si volvía a ser libre como antes, volvería a ser la persona de su pasado, la (T/n) activa y con autoestima.

Con un suspiro, agacho la cabeza, apoyando el mentón sobre la madera de la baranda. Katsuki no tardaría en lanzarla por la borda.

—¡Bajen el ancla! —el grito del rubio le hizo dar un respingo, escuchando como minutos después el ancla caía con pesadez hasta la profundidad del mar.

Tanto ella como toda la tripulación parecía confusa ante su repentina orden, ni siquiera estaban cerca de tierra firme. Mejor dicho, estaban en medio de la nada misma. Lo único que (T/n) podía divisar a lo lejos era el agua que se tornaba oscura, y suponía que se debía a una formación de coral.

—¿Eh? ¿Qué sucede, Capitán? —Kirishima acomodo el pañuelo que cubría parte de su frente, ladeando la cabeza con curiosidad.

Fue consciente que los ojos de Bakugou terminaron sobre su figura, y aquello le dio mala espina.

—Mina completo su prueba de valor la semana pasada, por lo tanto, ya es parte de esta condenada tripulación —las botas resonaban en la madera del barco con cada paso que daba a su dirección—. Ahora es tu turno, extra.

(T/n) suprimió un suspiro, juntando las cejas con desconfianza.

—¿Qué quieres que haga?

La sonrisa del rubio le arrebato un escalofrío involuntario.

—Hace dos meses atacamos un barco que contenía reliquias y muchísimo oro, entre otras rarezas —comenzó, lanzándole una mirada de reojo a Kirishima que negó con la cabeza—. Todo perteneciente a familias de nobles, era el mejor botín que podíamos obtener. Para nuestra desgracia, la Guardia Real se interpuso en nuestro camino, y el barco se hundió antes de que pudiéramos reclamar algún tesoro.

Que estuviera explicando todo con un rostro sereno era extraño, hasta que el enojo se hizo presente en su mano izquierda, la cual apoyo sobre la empuñadura de su arma.

—Probablemente no los conozcas —continuo el relato Denki, sentado encima de un barril con las piernas cruzadas—. Pero la Guardia Real está liderada por Izuku Midoriya, un amigo de la infancia de nuestro Capitán.

El mundo definitivamente era pequeño, todos parecían conocerse. Enseguida, supo que algo le estaban ocultando, sobre todo al ver el ápice de inquietud en el rostro del cabellos carmesí.

—¿Qué tiene que hacer en su prueba de valor? —Mina manejo la dirección de la conversación con maestría, algo de preocupación en sus ojos.

Katsuki señalo el mar, específicamente, la zona profunda, donde todo parecía perderse en el abismo.

—Quiero que consigas por lo menos cinco reliquias que hayan quedado hundidas junto con el barco —la sonrisa se ensancho en su rostro, disfrutando de la situación—. Si lo haces, te considerare como parte de mi tripulación, y, por lo tanto, bajo mi cuidado. Por el contrario, si regresas con las manos vacías, te tirare por la borda en este mismo lugar.