Semi Eita x Lectora (2) [Haikyu!!]

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Observo a su creador a través del cristal grueso que los separa, viéndolo dar vueltas de un lado a otro, escribiendo cosas en su cuaderno a la vez que verificaba en la pantalla de la computadora sus signos vitales. (T/n) estaba sentada en el borde de su cama, la bata de color beige cubriendo hasta la altura de sus rodillas, el collar con el dispositivo de rastreo titilando en su cuello.

No conoce más allá del laboratorio y de su habitación, que a pesar que contaba con todas las comodidades posibles, nunca era suficiente.

Anhelaba algo más que no lograba poner en palabras, pero podía sentirlo cada vez que la dejaban media hora en el patio trasero, junto con los demás híbridos. Era mirar el cielo azulado, y que su pecho se hinchase de aire fresco tratando de retener todas las esencias nuevas en el aire lo máximo posible, asimilarlas en su nariz para rememorarlas más tarde.

—Por lo que veo la presión de tu mordida ha aumentado bastante, eso es bueno —murmuro para sí mismo—. Tienes la fuerza necesaria como para romper un hueso humano con facilidad.

Aquello hizo que sus orejas se movieran, claramente interesada.

Había esperado bastante para esa oportunidad, y no la derrocharía.



Las luces rojas titilaban constantemente, el sonido de la alarma haciendo que la mayoría de los híbridos se escondieran en sus habitaciones, confundidos a mas no poder. Nunca hubo un caso de emergencia, ni tantos gritos. Daichi, desde su «celda», pego la mejilla al vidrio, tratando de descubrir algo, lo que fuere, para saber qué es lo que sucedía en realidad. Muchos guardias iban en dirección a la zona de híbridos salvajes, y temió por la seguridad de sus compañeros.

La puerta metálica se abrió con una lentitud dolorosa, haciendo que los presentes retuvieran el aire, algunos con posición defensiva.

Daichi se sorprendió de ver a (T/n), con la boca cubierta de sangre y las manos en el mismo estado. Iwaizumi se encontraba de la misma forma, rápidamente actuando en el sistema que mantiene las celdas cerradas, ingresando el código de seguridad que mantenía a todos apresados.

—¿Qué sucedió? —fue lo único que logro formular, acercándose a la loba una vez fue liberado, para sostenerla de los hombros. A pesar de tener doce años, los músculos de (T/n) eran fuertes.

—Conseguí lo que muchos anhelaban... —murmuro, escupiendo sangre hacia un costado; la sangre humana tiene un sabor fuerte—. Libertad —dijo con firmeza, los ojos dorados reluciendo bajo las luces led—. Ustedes deciden que hacer ahora; sobrevivir o entregarse a esta sociedad que nos esclaviza.

A pesar de ser del tipo doméstico, una parte de su gen canino lo hizo tomar una decisión. Fue cuestión de cruzar mirada con Iwaizumi y los demás presentes en la habitación para decir lo siguiente;

—Te seguiremos, (T/n).



El conocido sonido de los pájaros y el movimiento constante en la instalación hizo que despertarse con lentitud. Se había quedado dormida, nuevamente, en su silla de escritorio, en una posición bastante incomoda que le dejo cierto dolor instalado en la nuca y parte de la espalda. El reloj del pc marcaba las doce del mediodía y la idea de dormir un poco más fue bastante tentadora, considerando que se manejaba de noche. Sin embargo, al cabo de unos segundos elimino la idea, sobre todo al divisar como alguien abría la puerta de su habitación.

HYBRID PARADISE [One-Shots] [Personaje x Lectora] [CERRADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora