Capítulo 22: corazón roto y fuerza imparable

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El segundo día del torneo de Ilusiones Industriales ya estaba por llegar a su fin y ya tres de los cuatro duelistas que ocuparían un lugar para la semi final habían sido elegidos. Solamente quedaba un lugar para un competidor para el torneo y este puesto tendría que debatirse entre Sylvie o Lynn y justo una de ellas se encontraba en una situación poco común pues esta se encontraba hablando con el chef gourmet encargado de la cocina del dirigible.

-entonces déjame ver si entiendo; yo tengo hambre, son las tres de la mañana, quiero un emparedado de carnívoro de lujo de tres pisos, y si yo doy la orden, ¿tú lo harás porque ese Pegasus te ordeno que tienes que cocinar lo que te digamos cuando nosotras queramos? – preguntaba Lynn sonriendo

-ya van ocho veces que te respondo que si- responde el cocinero ya harto de la incansable insistencia de la atleta

-excelente -responde mientras devoraba uno de los emparedados de los cuales estaba describiendo para al terminárselo dar un gran eructo- estuvo delicioso, pero un consejo para la próxima, pon el doble de salsa picante- dijo así Lynn saliendo de la cocina del dirigible.

Ya en el pasillo Lynn se encuentra con una de sus hermanas

-hola Lynn, ¿disfrutando de un bocadillo? - pregunto Luna

-pues si, en cualquier momento el tal Pegasus me llamara para enfrentarme contra la niña riquilla, debo estar preparada- responde Lynn

-sabes, no creo que sea justo que la llames asi- dice Luna con enfado- al fin de cuentas es gracias a ella que Luan y Lana legaron aquí-

-si, ¿pero de que sirvió que las trajera?, de igual modo ellas ya habían sido eliminadas, no pueden hacer nada para ayudarnos- dice Lynn

-¿Cómo que no pueden hacer nada?, Lynn se supone que estábamos en esto juntas- dice Luna

-si, y mira que bien salió, solo tu, Lori y yo pudimos llegar a la siguiente etapa- dijo Lynn

-Lynn de eso no se trata, estamos aquí para...- trarto de hablar Luna pero Lynn rápidamente la callo

-¡YA LO SÉ, YA LO SÉ!, "hacer que Lincoln vuelva", "disculparnos con el", "demostrarle que lo queremos" y blah, blah, blah, ya me estoy cansando de oír eso- dijo Lynn ya molesta

-no lo puedo creer, ¿entonces es verdad lo que le hiciste a Lucy?- pregunto Luna

-lo que me faltaba, Lucy ya les fue con el chisme- dijo Lynn

-no Lynn, ella me pidió que no le dijera nada a nadie más, pero por favor, en estos momentos me estoy dando cuenta de cosas que en su momento no note como que tú eras la única que estaba en la casa el día que Lincoln desapareció o el hecho de que a ti no te impresiono cuando nos dimos cuenta que Lincoln no volvía, así que por favor Lynn si quieres que siga confiando en ti por favor solamente respóndeme esta pregunta Lynn ¿tuviste algo que ver con la desaparición de Lincoln- dijo Luna

-¡ ¿Por qué mejor no te metes en tus propios asuntos?!, es más yo no te debo explicaciones a ti que fuiste vencida tan fácil- ante esto Lynn dejo a Luna en completa soledad provocando que cada vez más quedaran menos dudas acerca de ella

-todas son unas tontas, ¿Por qué no pueden dejarme en paz?- pensaba Lynn huyendo de sus problemas, algo muy usual de su persona pues esto es lo que llevaba haciendo desde que ella provoco la caída de su hermano por las escaleras, algo que por más que se esforzara ella jamás será capaz de borrar

Hundida en sus pensamientos era como si casi pudiera oír en su cabeza la voz de su hermano más sin embargo más temprano que tarde se dio cuenta que esa en efecto era la voz de Lincoln, solo que no venía dentro de su cabeza, Lincoln se encontraba justo a la vuelta de la equina del pasillo más sin embargo él no estaba solo, se encontraba hablando mientras caminaba acompañado de Sylvie. Lynn siguió a los dos jóvenes de cerca para poder escuchar de lo que estaban hablando pero que ellos no se dieran cuenta de su presencia

Yu-Gi-Oh!: Lincoln, el más grande duelistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora