Capítulo 79: nuestro brillante porvenir

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Al fin la larga batalla que comenzó el día que las hermanas Loud llegaron a la isla del duelo al fin había terminado, Fallen Cross y todo su legado terminaron con una colosal explosión espacial que se pudo observar desde la superficie terrestre, los duelistas, maestros, Pegasus y las Loud supieron de inmediato lo que sucedió, un silencio se hizo presente, pero esto se agotó con el desesperado grito de dolor de las hermanas Loud

Cada una de ellas lloraba descontrolada por haber perdido a su hermano, y no era para menos, ningún ser podría sobrevivir a tal explosión, que Lincoln estuviese vivo sería un milagro, milagro que las mismas y todos los presentes verían con sus propios ojos después de que una cegadora luz descendiera de los cielos, eras los monstruos de duelo que retornaban a sus respectivos dueños, renunciando a sus formas físicas devolviendo el orden natural de las cosas ero hubo un monstruo que prevalecía en tre los otros uno que en sus brazos llevaba inconsciente a aquel salvador de cabello blanco quien lucho incansablemente hasta el último aliento para garantizar la paz y prosperidad del planeta y todos los que en el habitaran

Con cuidado Luminus entrego a Lincoln a sus hermanas quienes lloraban aún más fuerte, solo que este llanto ya no era de melancolía, sino que todo lo contrario, era la más pura alegría y felicidad junto a esos llantos u gran grito de victoria y un estruendoso aplauso de todos los estudiantes pue la salvación ya era un hecho

-hermanas Loud, Lincoln cumplió su promesa y más- dijo el espíritu de Luminus mientras se desprendía de este plano existencial- debo volver a mi forma etérea, hermanas Loud, hasta a próxima, sé que cuidaran bien de mi joven amigo- así Luminus desapareció , retornando al interior de Lincoln

Para la noche los barcos se retiraron dejando los escombros de la isla del duelo en soledad y de las olas que golpeaban los terruños restantes una garra emerge del agua sujetándose a una piedra y poniéndose de pie en un lugar que consideraba seguro, se trataba del Sumo sacerdote del ya destruido Cross Army que se lamentaba por lo sucedido

-El rey Fallen Cros, Mi príncipe Arkt-Lias... están... ¡MUERTOS! - grito desamparado al ver su panorama -yo soy todo lo que queda del Cross Army, pero yo juro por mi sello de la mentira que yo mismo hare pagar al portador de Luminus por esto, y así alzare la gloria de nuestro ejército-

-eso es lo que piensas tú, cadáver putrefacto- dijo un joven enmascarado con gabardina oscura y una mascara

- el Cross Army fue destruido y jamás volverá- dijo una joven de vestimenta azul, eran Atticus y Alexis Rhodes que volvían a aparecer después de prevalecer por tanto tiempo escondidos

-¿Quiénes son ustedes?, ¿Qué es lo que quieren decir?- preguntaba asustado el manco cobarde

-nosotros solo queremos cumplir la voluntad de los colosos- respondió el joven rápidamente para justo luego con la ayuda de su hermana destruir al ultimo miembro del Cross Army

-fue mas fácil de lo que pensaba- dijo Alexis

-ya no podemos dejar cabos sueltos hermana- responde el joven – el portador de Luminus ya nos hizo un favor destruyendo el Cross Army, ahora es nuestro turno de ayudarlo, para que pueda ver la verdad, y se una a nosotros en la llegada de los colosos- pero justo ahí una visión llego a los ojos del enmascarado dejándolo boquiabierto-

-¿tuviste otra visión?, ¿Qué viste?, ¿era la llegada de los colosos?, ¡RESPÓNDEME!- grito la hermana con desesperación

-no- respondió Atticos con enfado – lo que vi fue... que cuando un renio de duelistas nazca y los cielos se cubran en tinieblas, el universo entero vera su reflejo en devastación, de la sangre del portador de Luminus cubriendo una hoja de hacer el mundo vera la llegada de un guerrero que la galaxia brilla en sus ojos, y de la sangre de sus aliadas una guerrera se unirá a el, pero más sin embargo un ser hambriento de Luz consumirá todo a su paso, ese ser era igual al portador de Luminus, pero no era el-

Yu-Gi-Oh!: Lincoln, el más grande duelistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora