Yu-Gi-Oh!: Lincoln, el más grande duelista

Capítulo 90: nuestra cita ideal (+18)

Advertencia: capitulo con contenido maduro y sexual  y todos los personajes involucrados en dicho acto son mayores de 18 años que cuenta con una considerable cantidad de Yuri (también conocido como lesbianismo para los que no conocen la definición), se recomienda discreción.

Hace unas semanas, se manifestó en el cielo la llegada de un misterioso imperio, hasta el momento nadie tenía ni la más remota idea de cuál era su objetivo, tanto su aparición como su forma de actuar resultaban en un completo enigma, pero esto llego al límite cuando se hizo presente la llegada de una misteriosa joven de cabello plateado que se presentó a sí misma como Lyliath, la indiscutible Emperatriz, y con su llegada al conocer a Lincoln, desarrollo un enfermizo deseo por saber acerca de él, así por cumplir su capricho, ordeno al gran maestro inquisidor, Damaras, llevar al límite al peliblanco, apartándolo de sus seres queridos, pero a pesar de esto la luz de Lincoln prevaleció, el desafío de la emperatriz fue un fracaso, pero el gran inquisidor Damaras, al notar que su hipnotismo fallo, cobardemente ataco por la espalda a Lincoln dejándolo prácticamente al borde de la muerte una vez más, las recién deshipnotizadas hermanas Loud lloraron desconsoladas al tener a su amado hermano agonizando en sus brazos, Lincoln hubiese muerto ahí, de no ser gracias a su protector, Luminus, quien una vez más acudió en su ayuda, curando su herida y dándole su poder, pudieron reencarnar la forma sagrada con la que una vez vencieron a Fallen Cross, y del mismo modo Damaras no fue rival para el portador de Luminus, como resultado, Lincoln acabo por destruir su arma, la gran espada inquisidora, lo que conllevo a una gran explosión que termino con una vez y para siempre con la existencia del gran maestro inquisidor, Damaras.

Hoy, Lincoln ha vuelto a su forma normal, sin la menor herida o rastro alguno de lo que sucedió ese día, pues así todo parecía volver a la normalidad, Lincoln hablo con sus hermanas e Izuku y logro convencerlas de que lo mejor por ahora era guardar esto como solo un mal suceso que sería mejor no mencionar de nuevo, al final de cuentas, él estaba bien, con las personas que amaba y eso simplemente para él era la perfección.

Justo ahora en esta mañana Lincoln se alistaba para otro día en la academia de duelo, saliendo de la ducha Lincoln en el espejo observaba su abdomen

-ni si quiera hay rastro de lo que sucedió- decía Lincoln en voz alta estando en total soledad

-sin duda alguna aun debes estar satisfecho con los resultados, mi joven amigo- dijo Luminus

-pensé que nunca más deberíamos volver a usar eso, - dijo Lincoln con una ligera apatía

-si estar al borde de la muerte no era razón suficiente para usarla, tomare nota por si eso vuelve a pasar entonces- responde Luminus

-está bien, esa bien, no te molestes- responde Lincoln riendo

-de igual manera, me alegra que estés a salvo, te prometí a ti y a tus hermas quería todo lo posible para protegerte de cualquier peligro, y ten por seguro, que si yo debo morir, para que así tú puedas vivir, sin dudarlo un una sola vez lo hare-

-basta, Luminus, no tienes que exagerar- responde Lincoln- pero del mismo mod agradezco en el alma que estés dispuesto a hacer eso por mi, gracias por ser mi amigo, pero... ¿Por qué esta vez no sentí un agotamiento extremo como la primera vez que lo utilice? -

-cabe la probabilidad, de que tal vez tu cuerpo tolero mejor la transformación- explico el espíritu- pero aun así no considero que sea factible la opción de confiarnos-

-sea como sea, agradezco que haya sido asi- dijo Lincoln mientras se acababa de alistar

Así fue como tuvieron su día de clases, pero de algún modo, parecía que las hermanas Loud estaban más unidas que nunca a Lincoln, y esto quedaba claro, tras el último suceso que había ocurrido, ellas no pretendían dejarlo solo, todos en la academia lo notaban desde los maestros hasta alumnos