Yu-Gi-Oh!: Lincoln, el más grande duelista

Capitulo 11: Un reencuentro inesperado (parte-1)

En la hermosa laguna localizada en central park, un chico de cabello blanco, en la compañía de una chica de cabellos oscura, compartía un reciente triunfo del ultimo duelo que tuvo el joven albino

-es impresionante, señor Lincoln- decía la joven del cabello oscuro- en un solo duelo pudo obtener tres cartas, solo le faltan dos más y podrá acceder a la siguiente fase del torneo-

-la verdad, no se si haber encontrado a Sanael fue una fortuna o una desgracia, pero si no me hubiese enfrentado a él no habría podido tener todo esto- responde Lincoln

-pues... me alegra saber que este feliz señor Lincoln, verlo sonreír es algo que me... gusta en verdad- dijo Sylvie avergonzándose ligeramente y esto el albino no lo pudo ignorar

-Sylvie... quiero darte las gracias- dijo Lincoln con gran ternura

-pero... ¿gracias por qué, señor Lincoln?- pregunto la jovencita

-pues... porque tú siempre has estado ahí para mí, tú fuiste mi primera amiga cuando llegue a la academia de duelos, y cada vez que yo peleo, u estas ahí apoyándome y dándome ánimos, y es por eso que yo te quiero- dijo el peliblanco colocando su mano sobre la de la joven

Sylvie se percataba de la acción del chico de cabello blanco, lo cual provocó que su rostro se pusiera rojo de vergüenza, pero esto cambio rápidamente de una cara de vergüenza a una de tristeza y decepción

-¿sucede algo malo Sylvie?- pregunto Lincoln

-Señor Lincoln, hay algo de lo que quería hablar con usted- decía Sylvie manteniendo un tono de seriedad- vera, esto es algo que no se lo he dicho a nadie pero, usted es alguien muy importante para mi, y debe de saberlo... yo-

Pero justo antes de dejar a Sylvie terminar de hablar, otra voz se hizo presente, una voz que se escuchaba como una mezcla de emoción y cariño, una voz que solo dijo

-¿Lincoln?...-

El chico albino al escuchar su nombre ser mencionado volteo por mero instinto en búsqueda de su punto de rigen, y pudo ver como dos chicas se acercaban a su persona, dos chicas que el desconocía, pero ellas lo conocían bien a él, estas chicas eran Luan y Lana Loud.

-Lincoln... no me lo puedo creer- decía la pequeña chica rubia tratando de contener las lágrimas de emoción

-Esto es... Lincoln... no sabes la alegría que nos da encontrarte al fin- decía la joven castaña con la coleta de caballo

La actitud de las jóvenes era desconcertante para el joven de cabello blanco, por tanto, opto por pedirles de manera amble que se retiraran

-disculpen señoritas, mi amiga y yo estamos teniendo una conversación importante en estos momentos, así que, ¿no seria mucha molestia si nos dejan por favor?-

-Lincoln espera, se que talvez sigues enojado con nosotras por lo sucedido, pero por favor, solo escúchanos un momento- insistió Luan

-Señor Lincoln, ¿Quiénes son estas chicas? - pregunto Sylvie comenzando a ponerse u tanto nerviosa

-no lo sé, no las conozco- respondió Lincoln- ¿acaso he competido contra ustedes en un torneo antes? – dijo Lincoln tratando de recordar los rostros de Luan y Lana y relacionarlas al hecho de que ambas portaban discos de duelo

-¡¿COMO PUEDES PREGUNTAR ALGO TAN ESTUPIDO?!- exclamo Lana, quien comenzó a perder la compostura

-¿sabes algo Sylvie?... yo creo que lo mejor será buscar otro lugar para hablar- dijo el albino comenzando a sentirse incomodo