Capítulo 110: hasta luego su majestad

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Humillado, herido y derrotado, se encontraba el Conde Hanasag escondido en el cuarto donde el sus camaradas conspiraban para traicionar a la emperatriz, el solo esperaba a que la emperatriz no mandara a buscarlo pues sabia que si ella llegara a encontrarlo, no dudaría ni un segundo en propiciarle un horrendo y cruel final tras haber huido del combate cobardemente más sin embargo su miedo no hizo mas que aumentar cuando escucho las puertas de la habitación del cuarto abrirse, pero su miedo desapareció por completo cuando vio que la persona que entro era su camarada, el Archiduque T'iemelech, pero esta sensación de seguridad era un terrible error

-¡¿Cómo te atreves a venir a esconderte aquí?!, estúpido anciano- reclamo el archiduque completamente enfurecido- ¡dejaste a la segunda inquisidora luchando contra esas humanas ella sola!... y ahora esta destruida-

-¡¿y que mas querías que hiciera?!- se escudo e cobarde anciano- esas bestias que las humanas invocaron son demasiado poderosas, ¡y sin Uria de mi lado no puedo hacerles frente!-

-¿estas diciendo que te reúsas a pelear por nuestra causa?- pregunto el peli azul a lo cual el anciano solo bajo la cabeza y refunfuño-era de esperarse... lo bueno es que aun tengo otro uso para ti- con un simple mover de dedos el Conde fue succionado por la piedra del collar que el Archiduque siempre llevaba consigo esto llevo a Hanasag a un lugar por completo desconocido para sus ojos

-¿Qué es este lugar?, ¿Dónde se supone que estoy?- se preguntaba el cobarde viendo a su alrededor hasta que a su lado apareció el Archiduque

-¡te doy la bienvenida a mi dimensión de bolsillo- exclamo T'iemelech- es un pequeño fragmento que guarde de mi universo antes de que la emperatriz y su oscuridad lo consumieran todo, justo aquí guarde el arma definitiva, la armadura suprema de Ar...

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-¡te doy la bienvenida a mi dimensión de bolsillo- exclamo T'iemelech- es un pequeño fragmento que guarde de mi universo antes de que la emperatriz y su oscuridad lo consumieran todo, justo aquí guarde el arma definitiva, la armadura suprema de Aresis-

El Conde quedo asombrado ante el gigantesca mecha que estaba frente a sus ojos resguardado entre las ruinas

El Conde quedo asombrado ante el gigantesca mecha que estaba frente a sus ojos resguardado entre las ruinas

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-¿Aresis?- pregunto Hanasag con un claro temor

-fue nombrada asi en honor a su mentor, mi maestro y emperador de mi caído universo, el poderoso Aresis, la creo como ultimo recurso ante la inevitable derrota contra el ejército de Archasephieloth, pero no pudo terminarla, por que su traicionero y rastrero aprendiz lo traiciono y asesino para después entregar su universo al Dios Archasephieloth- mientras el Archiduque contaba esta historia se podía ver una enorme sonrisa en su boca

Yu-Gi-Oh!: Lincoln, el más grande duelistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora