Capítulo 11

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La cabeza de mi adorado Nikki reposaba en mi abdomen, estaba de costado profundamente dormido con un hilo de baba cayendo por el costado de sus labios entreabiertos, nuestras respiraciones eran sincronizadas y mi bajista parecía estar cómodo. Nikki se removió un poco y abrió sus verdes ojos para luego volver a cerrarlos, se le notaba muy cansado y algo sedado por la cantidad de drogas que se inyectaba, no tenía ni idea de cómo hablarle de el tema, quería hacerlo, decirle que pare pero no sabía cuál era la manera correcta, pensaba que podría llegar a molestarle si le reclamaba y lo que menos quería era eso, deseaba profundamente que nuestra relación sea pacífica en todo momento.

Recuerdos llegaron a mi mente de las veces que el pelinegro llamaba a mi apartamento y para mi mala suerte la que contestaba era Emma, ambos mandandose a la mierda.

Pudrete Nikki! -Emma exclamó y me lanzo el teléfono.

-Donde mierda está Kate -escuche que Nikki decía por el teléfono en el momento exacto en el que pegue mi oído a el teléfono.

-Aquí estoy -respondí para luego bostezar, me talle uno de mis ojos con una mano.

-Nena, se me ocurrieron ideas para canciones, tienes que venir.

-Son las 2 de la mañana Nikki, más tarde podríamos encontrarnos en ir a la playa.

-Pasare por ti, espérame nena.

Antes que pudiera responder, él había colgado el teléfono dejando la línea libre y sonando con ese molesto ruido.

Nikki se comportaba de esa manera cada que se le acaba la droga en algún tiempo complicado como la madrugada y sus proveedores no le contestaban el teléfono, la mayoría de veces recurría a mi sin importar la hora y yo siempre estaba dispuesta para él.

Salí de mi ensoñación entonces, el pelinegro ya estaba despierto, ahora la que tenía sueño era yo, se acomodó quedando acostado a mi lado.

-Necesito comprar tinte negro para mí cabello y ... condones - lo último dicho hizo que mis mejillas se enrojecieran, paso su brazo por mi cintura apegándome mas a él- ¿En que piensas?

-Esto... Es demasiado perfecto para ser real -dije.

-Nena, estás con Nikki Sixx -su ego, pero tenía razón, no tenía nada de que preocuparme a lado de él, hasta ahora según yo me era fiel y compartíamos siempre buenos momentos. No me podía quejar del hombre que había elegido como mi pareja.

- ¿Por que la manía de sacarme de mi casa a media noche? -pregunte burlona.

-No se duerme bien estando sin ti -dijo.

-Esta casa estaría mejor con niños -bromee.

-¿Lo estás pensando? -dijo de forma pervertida, una gran sonrisa se formó en mi rostro debido a su ocurrencia.

-Soy muy joven aún.

-Pero lo pensaste -Nikki tenía el ceño fruncido y se posó encima mío con sus dos brazos a mis costados.

-Este cabello está muy rubio -dije cogiendo un mechón de sus hebras claras, intentando relajar la calentura que empezaba a crecer entre nosotros.

-Vamos Kate, no te resistas -sus labios empezaron un recorrido desde mi frente pasando por mi nariz y finalizando en mis labios.

***

Soltaba gruñidos inaudibles cada que Emma pasaba el algodón empapado de alcohol por mi rostro, desde la pelea que tuve con esa adolescente no había dejado de renegar y maldercirla aún sin conocerla, quería dejar de pensar en el tema pero me resultaba imposible, Nikki no me engañaría, confiaba en él ciegamente.

-¿Que paso? -el pelinegro me miro desconcertado y examinó de cerca todo mi rostro.

-Una adolescente la golpeó.

-Yo también la golpee, Emma - dije tratando de no quedar como idiota, también sabía defenderme- Se llevo unas buenas patadas en el culo.

-¿Con quién te peleaste? -Nikki me preguntó, estaba a punto de reírse, podía verlo por el rabillo de mi ojo.

-Si hubiera tenido el tiempo de preguntarle su nombre lo habría hecho Sixx -Emma rodó los ojos y presionó el algodón con alcohol en la herida que tenía en la ceja.

-¡Joder, Emma no seas tan ruda!

-No entiendo cómo carajos puedes pelear por los malditos hombres.

-No entiendo -dijo Nikki.

-Dijo que tú eres su novio y obviamente eso es mentira, es una más de alucinadas de mierda que tienes detrás tuyo.

El pelinegro revolvió mi cabello y sin decir se fue directo a mi habitación.

-¡Carajo!, ¿quieres que le limpie la herida con los cabellos en la cara, idiota?

El bajista no le respondió a Emma y se fue, a penas terminó de limpiar mis heridas, me dirigí a mi habitacion donde estaba Nikki, intenté sonreírle pero mis pómulos me dolieron por los golpes, felizmente no lo noto pues desvió su mirada a otro lado.

-¿Pasa algo? -hablé y el pelinegro negó, cerré la puerta detrás mío- Nikki si pasa algo tienes que decírmelo, sea lo que sea.

-Tengo un problema -estaba serio, sus ojos habían perdido un poco el brillo y aún no llegaba a encontrarmelos, me recosté boca abajo quedando cerca a él.

-Es raro verte preocupado.

-Estare bien -dijo, acerco su rostro y beso tiernamente mis labios- Estaremos bien...

El pelinegro salió sin despedirse y yo me quedé con una gran incógnita en mi mente, ¿estaba haciendo algo que no le gustará?, tal vez nuestros encuentros más frecuentes llegaban a abrumarle, no tenía ni idea de lo que ocurría con Nikki.

-¡Ya vuelvo! -Emma gritó y como si me viera solo asentí.

Tirada boca abajo iba aburriendome más y más, sin la presencia del pelinegro mis tardes eran aburridas y solitarias, habían momentos en donde no quería sentir eso más, el apego hacia Nikki era muy fuerte y aunque no se lo dijera, mis ánimos llegaban a estar por los suelos cuando no lo tenía cerca. Mientras jugueteaba con los mechones ondeados de mi cabello, llamaron a la puerta, supuse que era la rubia pues habían veces que era igual de distraída que yo y olvidaba las llaves.

-El día que ambas salgamos de casa y te olvides algo, te irás a la mierda Emmita -dije con gracia a punto de reír de las idioteces que decía.

Abrí la puerta entonces esperando encontrar a la rubia pero lo que vi me dejó anonadada, no despegue ni un solo momento mi vista de aquella persona que estaba parada frente a mi, mi mentón empezó a temblar, no podía pronunciar palabra alguna y solo miraba atenta a los movimientos que podría hacer esa persona.

-Hola, Kate... -dijo y sentí mi piel erizarse- ¿Sigues peleando por hombres?

Love on the Wild Side (Nikki Sixx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora