Capítulo 16

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Edward me dejó en casa y quedamos en vernos al día siguiente para cenar con Emma, me alegraba verlo, después de tanto tiempo, él me hacia recordar los momentos juntos donde solíamos jugar y escondernos de las monjas en el orfanato, cuando Emma y yo escapamos fue con su ayuda, el rubio decidió buscar a sus familiares mientras que Emma y yo decidimos vagar por Londres.

Sola en casa y no tan tarde pues eran a penas las 11 de la noche decidí que dormir era la mejor opción que tenía ahora para no aburrirme, llegue hasta mi habitación y seguía hecha un desastre, bueno no era como que se iba a ordenar sola así que cambie mis planes de dormir a ordenar. Primero cambie las sábanas de mi cama y luego recogí todas las cosas tiradas, barrí mi dejando el suelo casi limpio y después me acosté en mi cama, apague la luz principal de la habitación y luego encendí una de mis lámparas.

***

—¿Hola? —mi voz era rasposa así que aclare mi garganta en lo que la persona del otro teléfono responda.

—Nena, mañana nos vemos para desayunar..

Nikki colgó el teléfono sin decir más, mi cerebro aún no terminaba de despertar por lo que corrí a mi habitación y me tiré a la cama.

Horas más tarde, mi cuerpo era sacudido por la única persona presente en el departamento además de mi, me insistía que cogiera el teléfono y hablara con Nikki y así lo hice, el pelinegro ya llevaba esperándome en un restaurant del centro de la ciudad e incluso ya había pedido un desayuno para mí. Me apresure a darme un baño con agua fría y justo antes de salir encontré mi anillo, decidí ponermelo si no Nikki podría pensar que no me interesaba, vestía una blusa celeste manga corta y unos jeans junto a unas converse negras. En poco tiempo llegue a el restaurant, entre y lo primero que divisé fue el cabello alborotado de mi rockero, estaba mirando el menú.

Pero no estaba solo. La mujer  del día anterior estaba sentada en el lado adyacente del pelinegro, sus orbes oscuras notaron mi presencia pero no dijo nada a Nikki. Estoy segura que mi rostro paso de ser uno de tranquilidad a enojo y celos.

Acorte mi distancia quedando detrás de Nikki, mis ojos se enfocaron en la adolescente que tenía a un costado, recordé entonces la paliza que me dio hace algún tiempo, no sabía su nombre y tampoco que hacía con Nikki, el pelinegro giro su cabeza al notarme y suspiro con pesadez, ninguno de los dos decíamos algo, rode la mesa quedando frente al pelinegro.

—Siéntate —estiro su mano al asiento vacío que me correspondía, no estaba en mis planes hacerle caso entonces se levantó, tiro hacia atrás la silla y cogió mis hombros.

—No me toques —espeté y la adolescente obedeció, Nikki seguía sin decir palabra alguna pero podía sentir su mirada fija en mi, tome asiento quedando frente al pelinegro.

—Que lindo escote, Kate —habló nuevamente la joven, ignore su comentario pero Nikki no despegaba de mi su mirada que más parecía un reproche, parecía que ella lo estaba provocando.

—¿Que mierda haces aquí con ella, Nikki? —mi mente me jugaba malas pasadas y los celos no se calmaban en mi, el pelinegro seguía sin responder agachando la mirada está vez.

—Kate, le pedí a Nikki un favor y te incluye.

—Que clase de favor es que, primero me golpeas y tú —señale a Nikki— no me avisas que tendríamos compañía.

—Nena... Solo escúchala.

—Te escucho...

—Brooke —la pequeña zorra sonrió.— Nikki me prometió un hacer algo por mi y no quiero quedar como una idiota.

—¿Como quieres que te pague esos favores?

—Solo quiero que finja algo conmigo.

—Estas loca, jodete —me levanté del asiento y lo acomode.

—Kate por favor —habló Nikki, apoye mis manos en el espaldar de la mesa y miré fijamente al pelinegro esperando que me de alguna buena razón para seguir escuchando los disparates de esta niña tonta— Su padre me amenaza, es capaz de hacerte algo si no cumplo con lo que le prometí a su hija, fue una tonta promesa cuando estaba mal y lo hice sin pensar.

—No se que decir.

Brooke estaba sin decir nada, mirándome como si buscará algo en mi rostro, dejé de mirarla para observar a un joven rubio camarero que venía con lo que parecía ser 2 tazas de té y una pequeña botella de Jack Daniel's.

—¿Por cuánto tiempo será? —pregunté.

—Solo sera una vez linda o podrían ser más.

El joven dejó las bebidas en la mesa y se alejó, esto parecía una broma de muy mal gusto.

—No me dejas más opción que terminar con nuestro compromiso —dije, Nikki abrió los ojos grandes y la adolescente soltó una carcajada.

—No pensé que estaban comprometidos.

—Ya no lo estamos —respondí, no quería romper con Nikki pero era una manera de intentar que entrara en razón y decidiera si ella o yo— Me voy, te veo luego Nikki.

Emprendí camino a la salida del establecimiento, mis pasos eran más rápidos que de costumbre y buscaba alejarme de Nikki, todo deseo de verlo y compartir nuestro desayuno juntos se vio opacado por la presencia de Brooke, el hambre que hacía que mis tripas crujieran desaparecio.

Para mí suerte había un taxi libre parado en la puerta, la mano de Nikki tiro de mi antes que pudiera abrir la puerta. El pelinegro y yo quedamos frente a frente, mirándonos fijamente, una electricidad recorrió todo mi ser al sentir su mirada en mi.

—No puedo dejarte ir sin que hablemos antes.

—Habla con ella, dile que no harás nada.

—Nena, no me arriesgare a que te hagan algo.

—Entonces toma tu anillo —saque fácilmente la alhaja de mi dedo y lo puse delante de él.

—No, no, no hagas eso Kate.

—Volvamos a casa —tomé firmemente la mano de Nikki, de hecho no pensaba soltarla así que comencé a caminar arrastrando al pelinegro.

—Nena...

—Nikki, mi amor —quedamos nuevamente uno al frente del otro y mi pelinegro estaba expectante a lo que tenía que decir— Prefiero morir a verte con otra mujer, puede sonar posesivo pero desde que te vi, deseaba que fueras para mí.

Mi ojiverde sonrió de lado lo que incentivo a que mis labios también lo hicieran, me acerque a sus labios y di un piquito, Nikki no espero a que me alejara por completo así que unió nuestros labios en un pasional beso cargado de muchas emociones para mí, las cosquillas en el estómago habían vuelto y pequeños y ahogados gemidos salían de mi demostrando lo bien que se sentía. Nos separamos por falta de oxígeno y a nuestro alrededor algunas personas se detenían a vernos. Gente de mierda chismosa.

—Largo, ya larguense idiotas.

—Habla con ella, te espero en casa.

Dejé un corto beso en su mejilla como despedida y abrace por la cintura a mi pelinegro escondiendo mi cabeza en su pecho oyendo por un momento el latir de su corazón, sus dedos acariciaron delicadamente mis brazos, no quería alejarme de él, sus brazos me daban seguridad y el hogar que siempre había deseado.

***

—¡¿Sabes cuando fue que hice esa maldita promesa?!

Lo voz de Nikki retumbaba en el silencio de mi habitación, una hora, una jodida hora peleando de lo mismo, por supuesto no iba a ceder ante un engañó a mis ojos pero Nikki, él seguía insistiendo en cumplir su promesa.

—Mi amor, ya no quiero pelear así que rechaza esa maldita promesa.

—¡Kate! Nena solo será una vez, una salida y ya.

—En tus sueños, Nikki.

Love on the Wild Side (Nikki Sixx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora