Capítulo 5

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El tiempo pasaba demasiado rápido y ya eran dos semanas que no veía a el pelinegro, me había flechado con Nikki y como casi todas las noches esperaba ver sus videoclips en MTV. Podría decir que me sentía enamorada pero no sabía si era correspondido, desde la última vez que el inteligente pelinegro lo supo no habíamos vuelto a juntarnos, deseaba verlo pero no quería parecer intensa, aquí la intensa era Emma. Supuse entonces que tal y como lo dijo Nikki antes, no era uno de sus intereses amorosos, de tanto aburrimiento y llenarme la cabeza con un montón de ideas decidí no mirar la televisión hoy pero con algo tenía que distraerme y que mejor idea que salir a dar una vuelta. Saque mi casaca del perchero y un gorrito de lana, cuando abrí la puerta del otro lado estaba Nikki listo para tocar. Al verlo me quedé muda y no pude articular ni una sola palabra. El pelinegro llevaba puesto un pantalón de cuero y una remera sin mangas, tenía la mirada perdida y bajo sus hermosos ojos verdes, ojeras.

— ¿Ibas de salida a casi media noche? o ya sabías que iba a venir nena — dijo e ingreso a mi apartamento.

— Iba... iba a dar una vuelta — titube. Realmente no esperaba verlo aquí.

— Vamos entonces — el pelinegro salió y tomo mi mano, al sentirlo mi piel se erizo.

Solo atiné a jalar la puerta y caminé detrás suyo, al llegar a el primer piso note que no había venido en su motocicleta, pensé erróneamente que daríamos un paseo en ella.

— Vamos a cenar — dije.

— Esto no es una cita romántica — volteo hacia mí y pronto en su bello rostro se formó una sonrisa.

— No eres mi interés amoroso, Sixx — mentí.

— Eso no dijiste la última vez cariño — me guiño un ojo — Anda vamos yo también tengo hambre.

Caminé junto a Nikki hasta un restaurante cercano, ambos tomados de la mano entramos, una camarera nos atendió y nos sentamos uno al frente del otro, el lugar era tranquilo y habían pocas personas.

— No podía dejar de verte — soltó de repente.

— ¿Verme? — ¿Acaso me espiaba?

— No vine antes porque la droga ya me hacía verte desnuda en mi casa.

Me sonroje y solo atiné a reír pues no pensaba que era capaz de decir algo íntimo en un lugar con desconocidos, bueno así era él, no podía hacer nada. Ambos pedimos café y mientras esperábamos solo nos mirábamos fijamente, ninguno decía nada absolutamente nada hasta que al llegar nuestros pedidos solo agradecí y procedimos a beber.

— ¿Te quedas a dormir conmigo hoy? — me dijo Nikki con una mirada pervertida.

— Mejor quédate tu en mi casa que está más cerca.

— Trato — dijo y luego rió, el pelinegro estaba algo raro por su forma de actuar y sospechaba que había consumido de más por eso su extraño comportamiento.— y qué pasó con tu viaje a Londres.

— Lo postergue — dije y le di un sorbo a mi café.

— ¿Por que carajos te quieres ir si estamos tan bien? — levantó un poco su tono de voz y no me esperaba su reacción.

Rode los ojos y no respondí nada, me iba solo porque quería, no por algo en especial. Emma no lo sabía pero quería buscar algún tipo de información de mis padres.

— Kate, me voy contigo.

— No — dije tajante.

— Eres una puta egoísta — abrí los ojos grande, trataba de entenderlo, no estaba en sus cabales así que ignore sus palabras y tome un sorbo de mi café que estaba por acabarse.

Love on the Wild Side (Nikki Sixx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora