Llevaba por lo menos caminando una hora, me encontraba por el centro de la ciudad a unos 30 minutos para llegar a casa, algunos locales estaban ya abiertos a las 7 de la mañana y mis ojos iban cansandose más, el brillo intenso del sol hacia que por momentos cegara mi visión, era una mala idea desde que no acepte que Nikki me devolviera a mi casa, me arrepentía y por momentos quería llamarlo desde un teléfono fijo a la casa de Tommy pero el pequeño detalle era que no tenía su número telefónico. Me di por vencida y tome un taxi, un señor mayor se encontraba al volante y dude al subirme pues él se notaba más cansado que yo pues tenia grandes ojeras bajo sus azules ojos.
Charlamos por un breve momento de cosas cotidianas que sucedían en la ciudad, parecía ser un agradable sujeto, habíamos dejado de hablar y nos habíamos concentrado en oír la música de la radio. El señor aceleraba pues me dijo que está era su última carrera y luego iría a casa, respondí con una leve sonrisa.
—Tengo una nieta que es igual de guapa que tú —abrí la boca en forma de o, no sabía que responder a eso, así que solo di otra de mis sonrisas cortas, alguno de mis abuelos habrán sabido de mi existencia, suponía que ya estaban muertos pues yo ya era algo mayor.
—Tu eres la luz de mi vida.
Nikki y yo íbamos subiendo por la escalera de su casa y nos detuvimos a medio trayecto. No me esperaba sus palabras pero hicieron que suelte una risita. Mi manía de alborotar más su cabello negro hacían que a veces el bajista se enoje y otras que me respondiera de la misma manera, la cosa era que ambos terminamos despeinados aquella vez, Nikki junto uno de sus mechones con uno de los míos y habló.
—Me preguntó si alguna vez te teñirias el cabello de otro color.
—Un verde no estaría nada mal.
—Negro como el mío —dijo y sus ojos coincidieron con los míos, una pequeña electricidad recorrió mi cuerpo.
La voz del adulto mayor me saco de la ensoñación de mis recuerdos, sin percatarme había estado sonriendo.
—¿Esta pensando en su novio? —me sonroje de inmediato, sus ojos me miraron por el retrovisor.
Volví mi vista adelante y nos estábamos aproximando a un auto que estaba estacionado.
—¡Señor cuidado! —las llantas del taxi chirriaron y nos empotramos en un poste. Mierda mierda y más mierda, todo había pasado muy rápido y felizmente no había personas en el lugar al que fuimos a chocar, humo salía del auto, yo no me había lastimado pues cuide mi cabeza en el impacto pero el conductor estaba encima del timón inconsciente, solo se me ocurrió pasar por entre los asientos para poder hacer cualquier cosa por auxiliarlo. Tome su pulso en el cuello y era algo lento, el miedo y la culpa recorrieron mi cuerpo, estaba sangrando por su cabeza y solo se me ocurrió salir del auto a pedir ayuda. Abrí la puerta del auto para que sea más rápido sacarlo y auxiliarlo pero el señor reaccionó un poco y al moverse su cabeza pesada fue a dar a mi hombro, no podía moverlo o se lastimaria más pensé así que lo dejé ahí, mi blusa blanca iba tiñiendose de rojo carmesí pero eso era lo menos importante, el pensar que su herramienta de trabajo se había dañado hizo que pequeñas lágrimas broten de mis ojos, tal vez debí haberme ido con Nikki. Los murmullos de las personas eran algo fastidioso y por más que quisiera callarlos no podía dejar al señor.
—Vas a estar bien —susurré en su oído, no me escuchaba pero eso también servía para darme ánimos y no sentirme tan culpable, la sirena de la ambulancia se escuchaba cada vez más cerca y agradecía a Dios y a quien sea que halla llamado a emergencias. En poco tiempo se acercaron los paramédicos y me aseguraron que ellos sujetaban al adulto, una vez que lo sacaron busque entre sus pertenencias algún número de teléfono y para mi suerte encontre un teléfono fijo. No quería dejar solo al señor así que lo acompañe en todo momento hasta llegar al hospital, una médica me reviso y me dio reposo ya que había tenido un fuerte golpe en el cuello y que ahora no sentía el dolor por la emoción del momento pero que después lo sentiría. Llamé a el número de teléfono que tenía en la mano, una muchacha me contestó desesperada y supuse que era la nieta del señor, mi siguiente llamada fue a mi casa, deseando que Emma estuviera y no se haya largado quién sabe a dónde.
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Love on the Wild Side (Nikki Sixx)
FanfictionMis ojos se llenaron de amor cuando vi a Nikki sonreír.