Capítulo 1

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Como podría empezar? Realmente este día era terrible, mi mano derecha fracturada y la larga espera a que me atendieran en el hospital, todo por culpa de Emma esa maldita estaba loca, se nos había hecho un clásico las peleas de compañeras obviamente sin lastimarnos a tanto pero hoy era distinto, un empujón por su parte hizo que cayera encima de mi mano con todo mi peso muerto, la pobre se hallaba ahora al frente mio con la cabeza agachada sabía perfectamente que se sentía culpable.

— Vamos Emma, solo fue un tonto juego.— mi rubia amiga rodó los ojos.

— Ya no jugaremos así, esta vez llegue muy lejos.— dijo con mucha seriedad para luego reir.— castaña tonta ni siquiera sabes caer.

— Eres una abusiva.— reí también.

La mañana paso así con Emma acompañándome de un lado a otro hasta casi el final de mi consulta, el dolor seguía y casi no podía mover para nada la mano. Un yeso era lo único que me acompañaba de regreso a casa pues Emma se había ido a resolver unos problemas de la universidad, ya casi a la salida del hospital me senté a descansar en unos asientos en lo que se esperaba analgésicos de la farmacia. Me perdí en mis pensamientos acerca de la señora Adams, aun no superaba su muerte más exactamente en mis brazos, al menos había tenido la suerte de tenerla, Emma y yo habíamos sido muy afortunadas. Sentí un leve empujón que me saco de mis pensamientos y con cara de mal humor voltee a ver quien era.

— Lo siento.— dijo un pelinegro, lo conocía de algún lado pero no lo recordaba, de alguna fiesta tal vez.— ¿Que tanto me ves?

— Perdón pensé que te conocía.— Me disculpé y volví mi vista a la farmacia esperando que me llamen.

— Todo el mundo me conoce nena, soy Nikki Sixx de Mötley Crüe.— Abrí la boca en una o y luego asentí.

Si que lo recordaba ahora, en televisión, videoclips de media noche en Mtv. Muy sensual el pelinegro.

— Y tu ¿Como te llamas?.— preguntó y miro mis ojos.

— No importa Nikki Sixx.— No quería decir mi nombre sabiendo bien que ni si quiera lo recordaría si alguna vez volviéramos a encontrarnos.— Que te trae por aquí.

— Accidente de auto, me disloque el hombro.— con mi mano izquierda toque el hombro izquierdo del músico y este soltó un gemido.— Que tosca eres.

Reí sonoramente, Emma me lo decía seguido pero la mueca de dolor de este bajista me dio mucha risa.

Mire a la mujer farmacéutica justo en el momento que iba a decir mi nombre pero en vez de eso solo hizo un gesto con la mano, me levante de golpe y al llegar me hablo tranquilamente, no parecía ser esas enfermeras amargadas que abundaban.

— Recuerda volver en un mes para chequearte esa mano.

Asentí con una leve sonrisa y agradecí, volví mi vista a los asientos donde estábamos Nikki y yo pero él ya no se encontraba. Bufé entonces pues me anime un poco a tener más conversación con el bajista pero se había ido.

Camine dejando el hospital hasta la cochera del lugar, con mi mano disponible palpe mis bolsillos y me di cuenta tardemente que de nuevo se me habían perdido las llaves 

— La puta madre.— hablé y golpee el capo de mi auto. Ni siquiera podría manejar así que me sentí más estúpida aun.

— A alguien se le olvidaron las llaves en el asiento.— voltee instantáneamente y me encontré de nuevo a el pelinegro, esta vez se encontraba con Tommy Lee su compañero, este último no dijo ninguna palabra y solo se limitó a mirarme.— ¿Como carajos piensas manejar?

El ojiverde miro mi yeso.

— A ti que demonios te importa, Sixx.— exclamé y luego reí.— Encima que te llevas mis llaves me cuestionas sobre como voy a manejar.

— Que agradable mujer.— dijo irónicamente.

—Damelas por favor.— El pelinegro me miro picaramente.

— Dime tu nombre y lo haré nena.— rodé mis ojos y suspire nuevamente.

—Me llamo Kate y no soy nena de nadie.

Tommy hizo una u con su boca ante mi comentario y Sixx río.

—Bueno señora, aquí tiene.— El pelinegro lanzó en el aire la llave y con mi mano libre la atrape.

Vi como se alejaban ambos nuevamente.

— ¡Si quiera despídete, mal conquistador!— grite y las personas cercanas me miraron, estaba haciendo el ridículo lo sabía pero un poco de diversión y una anécdota con los integrantes de Mötley Crüe sería muy interesante.

A mi lado apareció nuevamente Emma y me miro confundida. Prontamente Nikki Sixx se acerco y beso sonoramente mi mejilla izquierda. De un empujón en el hombro lo aleje, que atrevido muchacho.

— ¡Que tosca eres! — se quejó tocándose su hombro lastimado, lo había olvidado y de inmediato reí sonoramente.— Adiós señora.

— Adiós Sixx.— le tendí mi mano izquierda como despedida y el tonto pelinegro estrujo fuertemente mis dedos que sobresalían del yeso de mi mano derecha. Casi de inmediato mis ojos empezaron a emanar lágrimas por el dolor, era intenso y me lo había ganado por haberle dado confianza tan rápido al artista que acababa de conocer.

— ¿Que mierda te pasa? — Emma después de observarnos gritó enfurecida contra el pelinegro.

—Estamos a "mano"— el bajista se dirigió a mi rubia amiga, se fue con una sonrisa en su rostro acompañado de Tommy Lee que se burlaba de lo sucedido.

— ¿En serio te la querías coger con la mano así? — Se escucho la voz de Tommy Lee a lo lejos y el pelinegro bajista le pego en el estómago haciéndolo inclinarse. El alto baterista se dio vuelta para vernos y con la mano hizo un gesto de despedida. Emma lo miro furiosa y el baterista volteo rápidamente, giro su cabeza y prontamente sonrió como boba.

— Quiero todo con lujo de detalles.

— Espera que se me pase el dolor de la mano.— dije sorbiendo la nariz y secando mis ojos.

Love on the Wild Side (Nikki Sixx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora