Capítulo 7

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-¿Qué pasa Cheng Ge?, debo ir a clases con el tío cabra. -suspirando-.

-Eso mismo pregunto, ¿Qué rayos te pasa?

-No se de que hablas... -ladeando la cabeza-.

-suspirando-. Está decidido, irás a terapia con Yibo y esto no está en discusión.

-¡El problema es ese mocoso!. ¡Yo no hice nada!. -haciendo un puchero-.

-¿En serio?. Entonces quieres decir que Yibo actuó por ser loco... A Zhan, a mí no me engañas.

-sonriendo-. Tú lo has dicho. Wang Yibo es el loco que nada más busca un pretexto para acercarse y yo sólo me defiendo. -resoplando-.

-Será que yo vi otra cosa, porque sino mal recuerdo te le pegaste como koala y no lo soltaste por un buen tiempo y para completar lo besaste en el cuello y no conforme terminaste marcándolo, y fue tendencia una semana entera el video. ¡Una maldita semana!.

Flashback...

-No, ¡Auxilio!. ¡Ayuda!. -gritaba el pelinegro-.

-riendo-. No me digas que le tienes miedo a un cachorrito. -habló Lisa-. No debiste mostrar tu debilidad, te jodiste Xiao Zhan.

-¡NO!. ¡ALEJALO PORFAVOR!. -llorando-.

-¿Harás lo que diga?. ¿Te irás?.

-¡NUNCA MALDITA LOCA!. ¡PREFIERO SEGUIR HUYENDO!. ¡AUXILIO!. -salió corriendo como si su vida dependiera de ello-.

-mirando maliciosamente-. ¡Rocco ataca!.

El pequeño cachorro beagle de 6 meses llamado Rocco corría detrás de Xiao Zhan.

Para el pequeño can era un juego como tantos que le enseñaba su amo, pero para el peligro era un caso de supervivencia; tenía un problema serio con esos animalitos y por ello siempre los evitaba.

Al no encontrar escapatoria y sentirse acorralado, como si fuera una señal divina el castaño pasaba por ese pasillo.

-¡WANG YIBO! ¡SÁLVAME!.

El castaño volteo en dirección a la voz y de un momento a otro estaba sosteniendo al pelinegro de su trasero.

Xiao Zhan no lo dudó mucho y saltó encima de él, envolviendo sus piernas en su cintura y sus brazos en su cuello.

-Porfavor, haz que se vaya. -sollozando-.

De un momento a otro Rocco salió huyendo...

-Tranquilo, ya se fue. -susurrándole al oído-. ¿Estás bien?.

-asintiendo-. Gracias. -levantando la cabeza-. Puedes mover tus manos por favor. -sonrojándose-.

-¿Ah?. -mirando la posición en la que estaban-.

Wang Yibo aprovechó el momento para hacer olvidar el incidente del pequeño can con una idea maliciosa que cruzó por su cabeza y no paró hasta llevarlo a otro ambiente con poca iluminación, pero concurrida.

No le importó los reclamos y pataletas de Xiao Zhan.

-¡WANG YIBO BÁJAME DE UNA VEZ!. ¡MALDICIÓN A DONDE ME LLEVAS!.

-No querías hace rato que te ayudará y ahora no quieres pagar el favor. -sonriendo-.

-¿De qué demonios hablas?. -mirándolo a los ojos-. ¿Qué vas hacer?

Situaciones InesperadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora