°•☆ Epílogo ☆•°

353 57 8
                                    

Habían pasado 5 años y todo parecía un sueño...

Wang Yibo estaba esperando que amaneciera para poder ser oficialmente esposo de su amado Xiao Zhan, bajo las leyes de sus antepasados y anunciar al mundo que aquel hombre le pertenecía en cuerpo y alma hasta el último día de su existencia en la tierra.

Mirando al hermoso pelinegro en sus brazos, no podía creer que estuvieran en una cama, juntos sin hacer absolutamente nada. Aquello era algo realmente increíble, pero por amor era capaz de hacer ese sacrificio enorme, lo cual le costó varias noches con bolas azules y duchas con agua helada para bajar los instintos primitivos básicos que resurgen como un volcán en erupción cuando estaba con su amado completamente solos..

Masajeando la espalda esbelta y besando su cabeza, miraba con amor a Xiao Zhan, si alguien le hubiera dicho que solo necesitaba estar encerrado con el lindo pelinegro, hace tiempo lo hubiera hecho y se hubiera ahorrado tanto drama.

-Bo Bo, ¿Qué tanto piensas?. -acurrucándose en su pecho-.

-Estoy pensando en muchas cosas.

-¿Cómo cuáles?. -oliendo el perfume de su cuello-.

-No te va gustar...

-abriendo los ojos y mirándolo nerviosamente-. Si es lo que estoy imaginando... entonces no quiero saberlo. -ruborizándose-.

-besando su frente-. Entonces no debiste preguntar.

-Mmm, esta vez te doy la razón... ¿Cuánto falta para que amanezca?

-Faltan 3 horas.

-Deberías dormir un rato más cariño. -abrazandolo fuertemente-.

Wang Yibo solo sonreía estúpidamente y mentalizaba cada cinco minutos un mantra para tranquilizar a su amigo que se levantaba en armas, dispuesto a atacar.

-Solo unas horas más...

-Espero que le guste la sorpresa...

.

.

.

En la recepción estaban todos los presentes, esperando que hiciera su ingreso la pareja. El lugar era hermoso y perfecto. Xiao Zhan siempre tuvo el sueño de casarse con trajes tradicionales rojos, en un área cerca de las montañas y como Wang Yibo nunca negaba nada a su amado, se encargó de todo y con ayuda de Sunny pudieron encontrar el lugar perfecto en Escocia.

Casi a la puesta del sol, la hermosa pareja hizo su entrada y todos estaban felices por sus amigos, sobre todo Xuan Lu no podía dejar de llorar de felicidad, pero su llanto exasperaba a Meng Ziyi al grado de querer tirar la silla que estaba a su lado.

Pero de todos modos no podía hacer nada con su gran pancita de 6 meses...

Si hubiera sido por Zhuo Cheng, estaría reposando en su cama, pero conociendo el genio que se manejaba no quiso tentar su suerte y probar aquel sillón incómodo acompañado de su leal perro Salchicha con ese frío espantoso que hacía.

Antes su genio era un asco completo y ahora había empeorado con el embarazo, las hormonas habían creado la versión mejorada de Meng Ziyi. Ni siquiera su hermano de salvo ya que debía cuidarla y vigilar que no haga ningún movimiento, de hecho se le prohibido muchas cosas y solo debía estar en reposo absoluto debido al embarazo de alto riesgo.

Definitivamente Zhuo Cheng aprendió la lección se da vida y nunca más rasgar el condón con los dientes, por más que anduviera cachondo, pero no negaría que estaba muy feliz por ser padre de mellizos; sobretodo Madam Yu estaba más más contenta al tener nietos alegrando sus últimos días de vida.

Situaciones InesperadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora