Capítulo 26

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Minutos después...

-¡No! ¡Aquí no hay ropa!... Me siento un exhibicionista. -haciendo un puchero-. Maldita Ziyi, ruega que no te encuentre... ¡Aishh!... no tengo nada decente con que taparme.

Caminando por toda la habitación y revoloteando todos los rincones, no pudo obtener nada de ropa y aquello empezó a desesperarse ya que estaba cubierto con una toalla.

Lo único que había en el ropero era un traje de mozo muy sexy con orejas de conejo felpudo y una nota que decía...

"DISFRUTA TU NOCHE CUÑADO"... EN EL CAJÓN QUE ESTÁ AL LADO DE LA CAMA HAY UNA CAJA DE CONDONES Y LUBRICANTE. UTILIZA LOS QUE NECESITES. EN EL BOTIQUÍN ENCONTRARÁS ANALGESICOS PARA EL DOLOR. DESCUIDEN, SIÉNTANSE LIBRES DE HACER LO QUE DESEEN. FELIZ NAVIDAD XIAO ZHAN ^^

-¿QUE LES PASA A ESTE PAR?. -jadeando-. ¿Con quien piensan encerrarme aquí?. ¡Y PORQUE ASUMEN QUE SERÉ.... ¡AHHHHH!. No debí venir a China. -llorando miserablemente en la cama-.

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Mientras tanto, al otro lado de la habitación...

-¿Aquí no hay nada?...

-Sigue caminando... ya mismo llegas.

Wang Yibo estaba empezando a aburrirse de ese juego, no entendía porque estaba buscando en un lugar que estaba completamente oscuro. Quería prender el interruptor de luz, pero según Cheng decía que no funcionaba.

-¡Encontré la manija!.

-Perfecto, abre la puerta.

Al abrir la puerta, unas velas y olor a incienso lo recibieron.

-¿Qué es esto?

De la impresión no se dio cuenta que la puerta se cerró de golpe y una imagen que en su vida pensó ver lo dejó completamente mudo.

Una vocecita que había extrañado hacía demasiado ruido, dejándolo perplejo ante aquella vista magnífica que tenía del pelinegro.

-Voy a volverme un asesino por culpa de ustedes. -mirando el traje en sí mismo-. No debí regresar, debí quedarme en Suecia y que se jodan todos. -haciendo un puchero. Pero me queda bien el traje.

-Xiao Zhan.

-mirando hacia la voz que lo llamaba- Yibo...

-¿Por qué estás vestido así?

-ruborizándose-. Yo debería preguntarte... ¿Qué haces tú aquí?

-tosiendo-. Tú hermano me pidió que buscará algo, y me trajo hasta aquí. -mirando hacia otro lado-.

-Mmm, entonces él también estaba al tanto de los planes de Ziyi... pensé que no sabía nada. -sentándose en la cama con las piernas cruzadas-.

-No respondiste mi pregunta.

-¡¿Ahh?!...

-señalando su ropa-. ¿Por qué vistes así?

-Si te lo digo creo que no me creerías...

-mirándolo-. Te creeré.

-ruborizándose-. Cuando llegué, alguien me tiró agua y Ziyi se ofreció a llevarme a un lugar para cambiarme, pero la desgraciada me encerró y se llevó mis cosas. -cubriéndose las piernas-. Deja de mirarme así.

-¿No se a que te refieres?.

-Estás mirándome raro... ¿Crees que yo planeo esto, verdad?.

-¡No!... Solo que me sorprendió verte de nuevo. -acercándose a su lado-. ¿Cómo has estado?.

-Bien, realmente tuve mucha suerte... es una larga historia. -suspirando-.

-Creo que tenemos mucho tiempo. -mirando la puerta-. Parece que nos tuvieron una trampa.

-Pero por lo menos tú tienes ropa. -haciendo un puchero-. Mírame, no tengo casi nada.

-levantándose de la cama- Iré a revisar si hay otra salida.

-No te molestes en buscar, estuve hace 15 minutos intentando y no se puede... parece que funciona con un tipo de sistema...

-¡¿Qué?!... ¡¿Entonces nos quedaremos encerrados?!. No puede ser, mi padre me va a matar.

-No te preocupes joven Wang, se avisó a tu padre que estarías en el Instituto ayudando. -hablo Meng Ziyi-.

-¡ABRE LA MALDITA PUERTA ZIYI! -grito el pelinegro mientras tocaba con puños la puerta-.

-Que feos modales Xiao Zhan... deberías pensar muy bien las cosas, recuerda que tengo tus maletas aquí. De hecho deberían estar aprovechando el tiempo. O ¿Será que quieren pasar Navidad juntos?

-¡¿Qué?!. -ambos chicos gritaron.

-No se preocupen, deseo concedido. -riendo-.

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Definitivamente los cuentos de hadas sí existen, pero no siempre todo es mieles y rosas, lo cual hace una diferencia con respecto a la cruda y triste realidad...

No se necesita mucho para sobrevivir en la vida, mientras tengas a tu lado a las personas que amas, lo demás sale sobrando.

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-¡Sacalo! ¡Ahhh!... -gimiendo-. Duele, sacalo de una vez... ¡Uhmm!.... -apoyando su cabeza en el pecho del castaño-.

-¡No te muevas tanto!. -masajeando su brazo-. Ya mismo, falta poco. Aguanta Zhan Zhan.

-jadeando-. Maldición, duele mucho... ¡Ahhh!

-Cálmate, ya falta poco. -besando su cabeza-.

-Idiota. ¡Mmm!... ¡Como no eres el que tiene eso adentro!.... ¡Ahhhh ya no puedo...! -gimiendo de dolor-. Por favor Bo Di.

-Callate, nos escucharan.. ¡Uhmmm!, no hagas eso... ¡No me muerdas!.

Mientras tanto, afuera de la puerta Meng Ziyi y Zhuo Cheng escuchaban todo el ruido. No podían aguantar las ganas de entrar y ver qué es lo que tanto hacían, aunque con sólo escuchar los gemidos ya tenían una idea de lo que estaban haciendo.

-No crees que mejor debemos abrir la puerta... Además ¿Quién va limpiar todo ese desastre?

-Creo que necesitan tiempo, la tensión sexual de ellos es demasiado. Además me arruinaron mi cita. -haciendo un puchero-. Dejémoslos solos hasta mañana. -empieza a reírse-. Además es fin de semana, y por lo que veo... Parece que su situación ha mejorado. -sonriendo-.

-Me das miedo, tus métodos son raros. Tienes suerte de que sea el dueño y director del Instituto. Esto sería demasiado vergonzoso si se llegan a enterar. -quería reírse, pero mantenía una cara de poker, solo su novia se dio cuenta-

-acercándose a su oído le susurra-. Pero dan resultados. -guiñandole el ojo, se aleja de la puerta-. Tenemos algo pendiente, así que... -sentándose con las piernas cruzadas y dejando ver su hermosa figura ceñida al vestido rojo- Creo que es mejor ir a la dirección, y esperar hasta mañana. -mirando el reloj-. Creo que no podremos ir al parque de diversiones...

-suspirando, estaba emocionado con la imagen que tenía al frente- Sabes, lo pensé mejor... vámonos a tu departamento, tienes razón y ellos necesitan un tiempo a solas. Además si alguien llegara a entrar no podría, porque el cuarto está insonorizado.

-Y es fin de ciclo. -guiñando el ojo se levanta y se acerca a sus labios- Pero papi. -hablando sugerentemente-. ¿Estás seguro?, no quiero que huyas nuevamente.

-Te lo prometo, esta vez la que querrá huir serás tú.

-riendo maliciosamente-. Acepto el reto. Vámonos.

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Situaciones InesperadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora