Prólogo.

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Y Aquí estoy yo Kayra Rinaldi viajando con destino a New York, una italiana en busca de cumplir sus sue... Nah esa es pura mierda, la verdad me voy de italia porque ya no daba más con mi monótona vida, siempre era lo mismo, yo tratando de fingir quien no era ante la sociedad, padres que aunque se que me quieren no estaban presentes en mi vida, así que decidí viajar a NY para empezar a independizarme y poder ir a una de las mejores universidades, quería salir de mi zona de confort, y por fin no estar en el maldito ojo de la sociedad

Estoy tan perdida en mis pensamientos que no me doy cuenta de que mi bebé me está pidiendo la "atención que merece"

-Ares, amor falta poco no te desesperes- le digo con cariño a mi perro, un doberman que ha sido mi mejor amigo desde casi toda mi vida.

Lo único que recibo en respuesta es una mirada que al parecer es fulminante ya que hace una hora atrás le dije lo mismo.

-No me mires así amigo, enserio que ya falta poco- Ares solo gruñe y se me acerca para que lo acaricie yo lo hago gustosa, me gusta consentirlo.

Y como no si él ha sido mi amigo desde que tengo 10 años, lo encontré tirado en la calle, al parecer lo utilizaban para pelear, en cuanto lo vi supe que lo tenía que ayudar, él estaba realmente muy herido, pero logró salir adelante, y desde ahí somos inseparables, literalmente Ares no me dejaba sola y me protegía como nadie, en realidad me protege, apenas deja que alguien me hable o me mire, es como un hermano celoso, a él no le gusta socializar solo soy yo en su vida y el en la mía también, y aunque suene loco el es el único quien en verdad me conoce.

-Señorita ya vamos a aterrizar, por favor abroche su cinturón.- me saca de mis pensamientos la azafata.

-Okey.- digo secamente, como dije no soy muy sociable

La azafata sólo asiente a una distancia prudente ya que que le teme a Ares, como todos en realidad.

-¿Oíste Ares? Ya estamos por llegar- digo un poco más emocionada, mi perro solo me mira y se acurruca más a mi, nunca le ha gustado viajar.

Quince minutos después ya estamos bajando del Jet privado en el que viajamos, y no fué porque soy una caprichosa eh, sino porque los imbeciles de las aerolíneas no me dejaban viajar con Ares, al menos no a mi lado, y eso no era posible.

-Bueno Ares, ¿Estás listo para comenzar desde cero?.- le digo a mi fiel compañero, un ladrido es lo que recibo en respuesta y con eso sé que él ya está más que listo.

Quiéreme Por Quien Soy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora