Capítulo 13.

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Nicola me mira sin ninguna expresión en su rostro, pero puedo percibir rabia e impotencia que emana, y antes de que piense en cometer alguna locura hablo.

— Solo quiero ir a casa Nico, por favor—digo mirándolo a los ojos— Quiero alejarme y no volver, te contaré todo pero ahora no.

— Kayra si fuera por mi ya todos estarían mu….— se frena cerrando los ojos— Princesa sabes que respeto tus decisiones nos iremos pero esta será la última vez que me contenga, nadie hace llorar a mi hermanita y sale libre.

Este idiota… no digo nada y solo lo abrazo comenzando a caminar hacia el helicóptero, quiero salir de Italia lo más pronto posible. Se que llorar no es de débiles ni nada de eso pero para mi si, hace años que no lo hacia, pero el tema de mi hermano es lo único que me saca de mis casillas, Cristiano Rinaldi, mi hermanito, solo lo tuve conmigo un mes, cuando mamá quedó embarazada de él yo no podía estar más contenta, siempre quise tener un hermano, nació prematuro, a los 8 meses, pero fue fuerte y dos semanas después de su nacimiento ya estaba en casa, era hermoso, aunque sus ojos no fueron los característicos Rinaldi, en este caso sacó los ojos de mamá, en fin, en esos años la empresa iba bien como siempre, demasiado bien y por eso muchas otras empresas querían tener contratos con las nuestras, la familia Koch incluida, mi papá rechazó enseguida el contrato por que ellos se relacionaban con lo ilegal, antes de que papá los rechazara dijeron que si lo hacía se arrepentiria, papá los rechazó y dos días después cuando mamá, Cristiano y yo íbamos al hospital una camioneta nos empezó a seguir los guardaespaldas que nos acompañaban trataron de perderlos y luego el caos se desató, los disparos comenzaron hasta que le dieron a una rueda y nos volcamos, todo era muy confuso pero recuerdo haber despertado en el hospital, tuve una fuerte lesión en la cabeza y debido a eso perdí la memoria, con el tiempo la recupere pero no del todo. Dos semanas después del accidente ya había recordado lo que ocurrió y ahí me dieron la noticia de que mi hermano había muerto, a mi madre no le pasó nada por suerte pero mi pequeño angelito se fue al cielo.

Mi padre estaba seguro de que los Koch ocasionaron todo, lo habían advertido, pero no habían pruebas y todo quedó tal cual, como si mi pequeño hermano no hubiese muerto o yo no hubiese perdido la memoria, caí en depresión, mis padres se refugiaron en el trabajo mientras a mi me consumían mis propios demonios, cuando quisieron arreglar nuestra relación ya era tarde, no los culpo del todo ellos querían un escape pero se olvidaron de que yo también sufrí y sufro, por eso nunca les voy a perdonar de que quieran relacionarse con las miserables ratas de esa familia.

— Princesa ya estamos por llegar— me dice Nicola por el comunicador.

No digo nada solo asiento, estoy cansada tanto física como mentalmente, solo quiero estar en mi cama y olvidar todo por un rato.

Unos 30 minutos después estamos en las puertas de mi edificio, Nicola me acompañó a dejar mis cosas junto con sus "chicos", Ares está bastante cansado por lo cual solo esta a mi lado, ya mañana molestara a Nicola.

— Nico...— empiezo a llamarlo.

— Claro que me quedaré Kayra— dice con una pequeña sonrisa y me parece escuchar jadeos de asombro de parte de los hombres al parecer son nuevos, aunque claro se callan con la mirada que les da el grandote.

— No era eso, solo quería decirte que sacarás tu fea cara de mi vista— me encojo de hombros, con una sonrisa— Anda vamos, quiero que sirvas de algo y me consientas esta tarde.

Él solo negó con la cabeza serio, claro tiene que mantener una reputación pero estoy segura de que quiere reírse, avanzamos al interior del edificio hacia el ascensor.

— Solo diré que mi carita es hermosa— dice él mientras subimos.

— En un mundo paralelo obviamente— asiento con la cabeza.

Quiéreme Por Quien Soy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora