Capítulo 25.

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—¿C-como piensas que puedo estar feliz luego de esto?— digo limpiando mis lágrimas— Yo lo sien....

— No— me interrumpe firme, lo miro y tiene la cabeza gacha — No quiero tus jodidas disculpas Kayra.

— Vale, me lo merezco— afirmo poniéndome de pie para sentarme a su lado— Pero por Dios Malik dejemos todos los problemas fuera aunque sea solo por hoy, luego de todo lo único que quiero es abrazarte.

No dice nada por unos segundos y luego levanta la cabeza, sus ojos están rojos y cristalizados, sin esperarlo me toma de la cintura y me sienta en su regazo, pone si cabeza en la curva de mi cuello y siento sus lagrmias empaparme, lo abrazo de vuelta e igualmente siento algunas lágrimas caer por mis mejillas.

— Perdoname por favor— digo ahogando un sollozo que se escapa— Nunca me voy a perdonar esto, yo… Dios te juzgue y….

No me deja continuar porque me calla con un beso, es un beso suave y tierno que demuestra todo.

— Mañana— susurra contra mis labios— Mañana hablaremos y aclararemos todo, hoy no quiero pelear más.

Y así pasamos el resto de la noche, casi no hablamos pero los besos y las caricias siempre estuvieron presentes, casi en la madrugada por fin decidimos ir a una de las habitaciones de la cabaña, nos acostamos juntos, a los pocos minutos Malik de quedo dormido como un bebé, pero yo… yo no pude dormir en todo lo que quedo de madrugada, el sentimiento de culpa que tenía no me dejaba consiliar el sueño.

…………………………….

Decido levantarme de una vez por todas, lo intento pero siento el agarre de Malik hacerse más fuerte alrededor de mi cintura, murmurando algo inaudible. Me suelto despacio intentando no despertarlo. Voy hacia la cocina e intento preparar algo con las pocas cosas que encuentro.

— Que buen despertar— la ronca voz de Malik me hace sobresaltar.

— Tenia hambre pero lamento decir que no tienes casi nada de abastecimiento.

— No vengo mucho a este lugar— murmura— Era la casa de mi abuelo y de vez en cuando lo visito para despejarme, solo traigo lo necesario y por eso no hay comida.

— Oh...— es lo único que sale de mi boca, debo parecer una completa idiota— Logré hacer algo ¿Te apetece desayunar?

— Claro— dice con una media sonrisa acercándose a buscar café.

Pasa por mi lado y es cuando caigo en cuenta de que esta sin camiseta, dejando a la vista su trabajado cuerpo, que con los tatuajes lo hacían ver tan condenadamente sexy.

— Me siento acosado— se burla al ver que me quede viéndolo embobada.

— Engreido— mascullo.

Luego de eso ninguno pronuncio palabra alguna, estábamos sumidos en un silencio incómodo.

— Creo que deberíamos hablar— digo luego de un rato.

— Si— dice mirándome fijamente— Vamos.

— ¿A donde?— digo confundida pero aún así lo sigo.

— Ayer te conté mi historia, y nadie la sabia— me mira de reojo— Me tengo que deshacer de ti.

Detengo mi paso y el suelta una gran carcajada.

— Debiste ver tú cara— dice aún riendo y yo lo miro mal— Solo callate y acompáñame Kayra no te haré nada además estoy seguro de que me noquearias antes de cualquier cosa.

Me río levemente, luego de unos minutos llegamos, ante mis ojos había un lago, el lugar era hermoso, había un puente, árboles y era simplemente impresionante.

Quiéreme Por Quien Soy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora