Capítulo 3.

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Sus ojos…

Ya no son verdes.

Tiene un maldito ojo celeste y otro café.

Es… impresionante.

El chico de un nombre desconocido, al menos para mí, al parecer se da cuenta de mi mirada de asombro y abre muy grande sus increíbles ojos, Kayra basta son sólo ojos me reprendo internamente, volviendo con el chico, este me da la espalda y saca una cajita de su mochila la abrió y no me asombra la que encuentro.

Lentes de contacto

Ares ya paró de gruñir pero aún está en una pose defensiva y observando con algo de curiosidad al chico ponerse a toda prisa los lentes, éste en cuanto termina de ponerlos, se da la vuelta y me mira fijamente, no habla y está como esperando algo de mi, y no espera mucho...

— Lindos ojos— digo simplemente, lo cual al parecer lo deja sorprendido. Es la verdad, no me caracterizo por mentir

— No es necesario ser malditamente sarcástica ¿sabes?— me dice con voz fría, aunque muy en el fondo su voz transmite algo de ¿vergüenza?

— No lo soy, tus ojos son lindos, nunca había visto a alguien con heterocromía y es genial— respondo ya un tanto molesta— no se porque los ocultas y sinceramente no me interesa en lo más mínimo.

Sin más me doy la vuelta, dispuesta a irme, pero al parecer Wilson aún no quería terminar nuestra interesante conversación.

— Chica sí solo mencionas una jodida palabra de lo que acabas de ver, tu estancia en este lugar no será muy agradable— me dice, con voz tranquila, pero percibo algo de nerviosismo, y creo que es debido a Ares, ya que este lo está analizando — ¿captas?

— Mira Wilson, es tu vida, si tu desiste ocultar tus ojos por alguna razón es tu puto problema no me voy a ir de chismosa con toda la jodida universidad, ¿captas?— uso un tono frío y seco— ahora si me permites quiero terminar de comer, gracias.

Me voy de nuevo a mi lado del árbol, con Ares siguiéndome, está claro que no me iba a ir solo por que el estaba, su presencia me es indiferente, pasan como diez minutos hasta que escucho para mi sorpresa nuevamente  la voz del chico, quien aún estaba del otro lado del árbol.

— Los odio

Me deja confundida porque no pensé que me fuera a hablar de nuevo y la verdad no tengo ni la más mínima idea de a que se refiere, al parecer entiende mi silencio, ya que continúa 

— Mis ojos— me aclara.

— ¿Por qué los odias?— pregunto con el ceño fruncido y aún más confundida.

— Soy un jodido fenómeno— dice como si fuera lo obvio, y yo fuera una retrasada

— ¿fenómeno?— repito como idiota— amigo tus ojos son malditamente geniales, deberías estar feliz, eres único, quien te haya dicho eso de seguro tiene problemas en casa.

Se que dije que no era muy sociable, pero siento que al chico de verdad le afecta el tema de sus ojos los odia, de seguro siente que que es diferente que no encaja así me sentía yo, y siempre quise que alguien estuviera conmigo, apoyándome o por lo menos escuchandome.

Wilson ya no me respondió y planteó la posibilidad de que se haya ido, pero de pronto alguien se sienta enfrente de mi, es el, Ares se levanta enseguida mostrando sus dientes.

— Sole mío— le susurró mientras lo acaricio para que se relaje— tranquilo amigo, ven siéntate, él no estará tan cerca de mi ¿cierto chico?

— e-eh, si, yo estaré aquí enfrente a una distancia prudente y segura— dice lo último en casi un susurro.

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