Capitulo 1.

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Luego de 20 minutos en taxi por fin llegamos al apartamento que consiguió mi padre para nosotros la verdad yo no quería nada ostentoso pero mi padre se empeñó en comprarlo,sus palabras textuales fueron "lo mejor para mi princesa".

El taxista es un viejo malhumorado que no quería dejarme viajar con Ares pero en cuanto esté le gruño un poco y yo le dije mi apellido no tuvo ningún problema, y es que los Rinaldi somos muy conocidos por todo el mundo por nuestras diferentes empresas de seguridad y hoteleras se preguntaran porque digo "nuestras" y es porque mi querido abuelo me dejó de regalo, un hotel, si un jodido hotel y aunque mi padre lo maneja porque yo se lo pedí, la mitad de las ganancias son mías. Además de que según mis padres tendré que hacerme cargo de todo algún día.

Ares y yo nos bajamos del taxi, obviamente no sin antes pagar. Bajo las 3 únicas maletas que traigo y me encaminó a nuestra nueva casa.

-¡Oye niña!- me llama un señor de no más de 40 años, creo que es el portero- No se puede entrar con animales de ningún tipo.

En cuanto dice eso Ares empieza a ladrar y a gruñir, yo como acto de reflejo lo acaricio para que se relaje, lo cual funciona de inmediato, pero no deja de estar alerta.

-Señor más le vale que me deje pasar, no quiero causarle problemas.- le digo fríamente

-Lo siento, pero no pueden entrar animales.- dice mirándome, aunque luego su mirada baja a mi escote- Aunque creo que se podría hacer una excepción si me recompensas claro.

En menos de un minuto el viejo asqueroso tiene a Ares encima, y yo no hago nada para detenerlo, se que Ares no le hará más de un rasguño sin que yo se lo ordene.

-Dile que me suelte- dice la mierda viviente a punto de llorar.

-Ares, sole mío suletalo- le digo casi riendo, él me hace caso pero no deja de gruñir.- En cuanto a ti viejo verde estas despedido.

Creo que olvide mencionar que mi padre no solo compró un departamento si no todo el edificio, para mantenerme más segura y esas cosas.

-Qué dices niña, no eres nadie para tomar decisiones, y si te acostarte con el dueño déjame decirte que solo eres una más .- me dice con un sonrisa burlona, que se borra en cuanto Ares le ladra nuevamente

-Bueno está "niña" es hija del dueño del edificio por lo cual tu merda disgustosa estas despedido- digo con una mirada llena de malicia y diversión- Y si no sales en menos de 5 minutos de mi puta vista también estarás muy pronto en la cárcel.

-No por favor, perdóneme señoríta Rinaldi, en verdad necesito el trabajo para mantener a mi familia.

-Demasiado tarde, no voy a permitir este tipo de trato, agradece que no llame a la policía y pierdete escoria.

-Maldita zorra.- escucho que dice, y con eso llega al límite de mi paciencia.

En un rápido movimiento le doy una patada en las pelotas y luego un puñetazo que casi lo deja inconsciente, estoy segura de que Ares lo quiere despedazar pero no se lo permito no quiero que mi bebé se ensucie con la basura.

-Escúchame bien scarabeo, te vas a ir con la poca dignidad que te queda y no volverás a aparecer en mi presencia- le digo fríamente y con una sonrisa cínica - Si no quieres que mi padre se entere y te haga la vida más miserable desaparece de mi vista en menos de 2 minutos... ¡ENTENDIDO!

-Ss-si.- dice apenas en un susurro, y sale corriendo.

Me doy cuenta de que varias personas me están viendo, Ares al parecer también porque lanza un gruñido, que si no lo conociera también me daría un poco de miedo, enseguida las pocas personas siguen su camino.

Quiéreme Por Quien Soy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora