Capítulo 36 (Final)

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El agua corría por todo mi cuerpo camuflando las lágrimas que caían libremente por toda mi cara, cuando intentaba pensar en cualquier otra cosa la imagen del cuerpo de Ares se presentaba en mi cabeza y era imposible apartarla. Malik me había hecho olvidar por un rato todo, pero la oscuridad que estaba gobernando mi vida no se iba a ir pronto.

—¿Kayra? —la voz de Malik se escucha al otro lado de la puerta, no le respondí y él siguió insistiendo— ¿Kay, estás bien? Voy a entrar si no respondes en los próximos 3 segundos.

No le respondí y entró, al verme sin decir nada con ropa y todo se metio a mi lado en la ducha, abrazándome contra su costado.

—¿Qué pasa, amor? —susurra suavemente— Cuando salí estabas bien.

—No puedo —sollozo agarrando su camiseta— Duele mucho, haz que pare, por favor, solo haz que deje de doler.  

—No puedo entender cuanto te duele, pero yo siempre estare contigo, Kayra— dice tragando saliva— Seré tu ancla, seré tu guia, seré tu amigo, consejero, seré todo lo que quieras que sea con tal de que te pongas bien nuevamente, mia cara.

No digo nada por un buen rato hasta que él se levanta y sale de la ducha ignorando el hecho de que está mojando todo a su alrededor, me envuelve con una toalla y me lleva nuevamente hacia la cama, cuando intento pararme a buscar ropa, me detiene y es él mismo quien me viste y luego cuidadosamente desenreda mi cabello.

—Quiero que ahora comas todo lo que hay en esta bandeja y si, es una jodida orden, Kayra Rinaldi.

Sonriendo levemente empiezo a comer de a poco, mientras tanto se empieza a vestir, justo un rato después tocan la puerta, él me mira durante unos segundos y yo asiento levemente. Segundos después a mi habitación entran Nicola, Sky y Derek con los brazos llenos de globos y algunos peluches.

—Te extrañaba mucho, Kay —Skyler es la primera en acercarse y apretarme contra ella, le devuelvo el abrazo y ahí es cuando la escucho llorar— Estaba tan preocupada por ti, pero sé que eres fuerte como ninguna y podrás salir de esta.

El segundo en acercarse es Nicola y él me murmura un montón de veces cuánto me quiere, no puedo evitar soltar unas lágrimas y al verme llorar también suelta unas pocas.

—¿Él enserio tiene lágrimas? —escucho como murmura Derek— Pensaba que ni siquiera tenía sentimientos.

—Y yo pensaba que valorabas un poco tu vida —dice Nicola separándose de mí y dándole una fría mirada.

Derek traga saliva visiblemente y se torna un poco pálido, pero luego dirige su mirada hacia mi y me sonríe en grande.

—¡Cuñadita, no sabes lo mucho que te extrañaba! —exagera, y yo después de mucho tiempo suelto una corta risa.  

Pasamos un buen rato hablando y cuando todos se están por ir les digo a Malik y Nicola que se queden.

—Quiero verlo— es lo único que digo y ellos enseguida me entienden.

—Creo que deberías esperar unos cuantos días más…— dice Nicola.

—Quiero terminar con esta mierda ahora— lo corto, suspiro y los miro a ambos— No me quiero quedar estancada y para cerrar o intentar superar todo tengo y quiero ver a ese intento de ser humano.

Se miran entre ellos y yo solo ruedo los ojos, después de odiarse tanto ahora parecen mejores amigos.

—Bien— dice Malik— Pero ambos te acompañaremos en todo momento.

Asiento rendida porque sé que no conseguiré nada más de su parte. Caminamos enseguida hacia el subterráneo, Nicola a veces puede ser un tanto sádico así que el lugar es un tanto perturbador, llegamos a la última “habitación” y cuando la puerta se abre me embarga una gran satisfacción ver como está el gran Anton Koch.

Quiéreme Por Quien Soy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora