Extra V

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KAYRA:

Me doy vuelta como por décima vez en la cama sin poder encontrar una posición cómoda para dormir, toco mi abdomen ya abultado y suspiro con frustración. Miro hacia mi lado y Malik duerme plácidamente lo que me hace enojar más. Él me embaraza y luego duerme como si nada, no es jodidamente justo.

—Mi amor— lo llamo suavemente pero no muestra signos de despertarse así que lo golpeo en la espalda— ¡Malik Wilson, despierta!

—Eh...— mira hacia todos lados desorientado hasta que su vista se enfoca en mí— ¿Qué pasa? ¿Estás bien? ¿Hay que ir al hospital? ¡Dime qué está mal!

—Te lo diría si me dejaras hablar— suelto una risita para luego mostrarle una sonrisa inocente— Y estoy bien, es solo que no puedo dormir y como...

—... yo te embarace tengo que sufrir contigo— termina. 

Asiento con una sonrisa pero de pronto sintiendo una punzada de culpabilidad.

—Lo siento— murmuro.

—Tranquila, linda Kayra— me da un suave beso— Tienes toda la razón, no puedo imaginar lo que pasas a diario y si lo que tengo que hacer yo es complacerte en lo que pueda, pues lo haré.

Maldito idiota, siempre sabe lo que tiene que decir.

—Hablando de complacerme... tengo un antojo.

—¿Un antojo?— dice emocionado— Dime que quieres y lo voy a buscar enseguida.

Me río por su entusiasmo, seguido me pregunta si tengo algún antojo que pueda cumplir  ya que en los cuatro meses de embarazo no he tenido ninguno, sin contar los pepinillos del primer mes. 

Los únicos síntomas que he tenido son las  horribles náuseas, el dolor de espalda y el maldito insomnio. 

—Quiero fresas.

—No tenemos fresas— su sonrisa se desvanece al igual que la mía.

—Oh— digo mordiéndome el labio inferior— ¿Seguro que no hay?

—Yo hice la compra de las frutas y verduras, estoy seguro de que no hay.

—¿Y si vamos a compararlas?— sugiero.

—Amor, son las tres de la mañana. Dudo que algo esté abierto a estas horas.

—Pero a veces hay lugares abiertos, Hoyuelos— insisto— Vamos, de verdad tengo muchas ganas de comer fresas.

Suelta un gran suspiro pero se levanta y va en dirección al armario, toma una sudadera y luego saca unos zapatos. Emocionada yo también me levanté para sacar algo de ropa pero él me detiene.

—¿Qué se supone que haces?

—Pues buscar ropa, listillo— ruedo los ojos— No voy a salir en pijama.

—Tú no vas a venir— me mira con el ceño fruncido— Es tarde y te puedes pescar un resfriado.

—¿Crees que porque estoy embarazada soy una debilucha?

—No, pero...

—¿Tienes idea de lo que estoy soportando y lo que voy a soportar? Un bebé saldrá por mi vagina, Malik— continúo con mi drama— Así que un poco de frío no me va a detener.

—Bien— dice entre dientes— Pero abrígate bien porque si no de esta casa no sales. Mientras tanto voy a ir a encender el auto.

Me da un beso antes de salir y yo busco algo abrigado que ponerme, elijo una de sus sudaderas y luego una chaqueta que como era de esperarse no me cierra, por suerte los pantalones si me entran, aunque apenas.

Quiéreme Por Quien Soy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora