Especial Navidad.

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—Tenemos que bajar y aún me tengo que cambiar— digo agitada, Malik me ignora y sigue repartiendo besos por mi cuello.

—Les di helado, tenemos tiempo— susurra con voz ronca.

Su boca atrapa la mía en un beso hambriento que devuelvo con ansias, mis manos van hacia su cuello y él hace que enrolle mis piernas en su cintura tomándome del culo, empieza avanzar a la cama y...

—¡PAPI!— se escucha un grito del piso inferior.

—Mierda— gruñe Malik— Al parecer se tragaron el puto helado.

—Cuida esa boca— digo riendo mientras me acomodó la ropa— Y tú querías una hija así que ve a ver que quiere.

—La quiero devolver— bromea... creo.

Me da un último beso y suspirando sale de la habitación. Me río y me levanto de la cama para cambiarme de ropa, en unos veinte minutos estoy bajando las escaleras y en la sala encuentro a mis tres amores.

—Si sigues así de malcriada santa no te traerá ningún regalo— dice Eros a su hermana.

—¡Papá!— llora— ¿No soy macriada cierto?

—Malcriada— la corrige su padre— Y bueno Eris eh...

Eros se ríe disimuladamente pero en cuanto me ve se levanta del sofá y viene a darme un abrazo.

—Te ves hermosa, mami.

—Tú también te ves muy guapo, vita mia— digo besando su frente.

—¿Y yo mami?— dice Eris estirando sus brazos para que la levante.

—Tú pareces una princesita, simplemente una preciosidad— ella sonríe satisfecha y me da un beso en la mejilla.

Ríe cuando le hago cosquillas marcando sus dos hoyuelos, lo único que sacó de su padre. Sus ojos verdes azulados junto con su melena negra hizo que fuera mi mini copia, gracias a Dios, ya estaba cansada de ver la sonrisa arrogante de Malik por su parecido con Eros.

—¡Zeus!— dice y se remueve en mis brazos hasta que la suelto.

El pobre perrito no tiene tiempo de escapar así que cae en las pequeñas manos de mi hija.

—Estas preciosa, amor— dice mi querido esposo dejando un casto beso en mi frente.

—Yo se lo dije primero— alardea Eros.

—Cállate mocoso— Malik lo empuja suavemente.

—Se callan ambos— espeto seria— Es navidad y no quiero escucharlos discutir ¿Entendido?

—Si— dicen al unísono tragando saliva.

—¡Mami los regaño!— ríe Eris desde el suelo.

—¿Te estás riendo de mi, princesita?— dice "enojado" Malik, ella asiente aún riendo— Ya verás.

Se tira al suelo y empieza a hacerle cosquillas, luego la levanta y la hace dar vueltas por el aire.

Miro de reojo a Eros y veo que tiene el ceño levemente fruncido, al principio tenía muchos celos de Eris pero nunca los tratamos de manera desigual, ama a su hermana pero de todos modos sigue siendo solo un niño, mi pequeño niño.

Sin que se lo espere en un rápido movimiento lo tomó en mis brazos y doy unas vueltas con el.

—¡No, mami!— grita alarmado y lo miro con confusión— Soy más grande y pesado que Eris, te puede hacer daño cargarme.

Mi expresión se suavizó, lo abrazo con fuerza y lo lleno de besos.

—Aún eres mi pequeño— susurro— Y te dejaré de cargar cuando sea una anciana.

Quiéreme Por Quien Soy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora