Capítulo 31

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– ¿Qué quieres decir?

– Que Liam no podrá contener las ganas de buscarte, y aunque no te encuentre... Sabrán que está relacionado a ti. 

¿Qué quieres que haga?– gruñó molesto– ¿Qué le golpeé la cabeza hasta que lo olvide o...?

No estoy diciendo eso, Theo...– contestó con calma.

¡¿Entonces que mierda estas diciendo, Stiles?!– no había logrado sacar el estrés de el día tan pesado que había llevado, así que desquitarse con Stiles no parecía una mala idea.

Primero que nada, cálmate, no estoy de humor para soportar tus berrinches.

¡¿Entonces?!– volvió a gritar.

Eres un chico listo, dedúcelo tú mismo– cortó la llamada dejando a Theo con la palabra en la boca, mientras intentaba tranquilizarse respirando profundamente. Aunque no le pareciera, Stiles tenía mucha razón.


...


Eran aproximadamente las 10 de la mañana cuando Theo despertó, y durante un par de minutos observaba a Liam dormir pacíficamente. Era algo que lo mantenía realmente tranquilo y sus recuerdos lograron que sonriera hasta que el ojiazul despertó mirándolo a los ojos.

– ¿Theo?– talló sus ojos para aclarar su vista– ¿Qué pasa?

– Debo irme pronto, tengo que pasar por las cosas que utilizaré el día de hoy.

– Pero... No te veré en mucho tiempo. ¿No puede hacerlo Derek?– hizo puchero.

Theo sonrió casi haciendo una mueca de tristeza y desvió la mirada.

– Supongo que Derek puede hacerme el favor de ir por las cosas sólo esta vez...– lo miró sonriendo sin ganas– Voy a llamarlo, ¿está bien?

– Claro– lo miró extrañado– Yo iré a preparar algo para el desayuno, nos vemos en la cocina.

– No tardo– le besó la frente y se levantó buscando su ropa para cubrirse.

Narra Liam

Me dirigí hacia la cocina y tomé un par de platos para calentar los restos de la cena del día anterior, y presté atención para escuchar la conversación de Theo sin obtener ningún resultado. Serví la comida en la mesa de la comida y esperé pacientemente. Después de un par de minutos, Theo entró por la puerta y mirándome con mucha tranquilidad; tal vez demasiada.

– ¿Qué vamos a comer?– se acercó a mí y le besó suavemente los labios.

– Recalentado– contesté con una sonrisa.

– ¿Las sobras? ¿Qué somos? ¿Perros?– hizo una mueca de disgusto.

– No son sobras– lo miré molesto– Tonto– miré a otro lado fingiendo mucha molestia.

– De acuerdo, comeré "el recalentado"– marcó comillas al aire– La forma bonita de decir "las sobras"– soltó una carcajada y su mirada de tranquilidad exagerada pareció desaparecer.


Narra Theo

Liam y yo nos habíamos quedado dormidos después de un par de películas, y yo habría permanecido dormido de no ser por el molesto sonido de mi celular. Abrí un solo ojo y lo busqué con las manos hasta encontrarlo y presionarlo contra mi oreja.

Estocolmo [THIAM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora