– ¿Qué estás haciendo aquí?
– ¿Dónde está Theo?– el castaño se levantó del suelo y caminó hasta él mirándolo con desafío.
– No sé de que me estás hablando– lo rodeó para llegar a su departamento, pero antes de poder poner la llave en la ranura para entrar, el ojiazul lo detuvo por el brazo a lo que recibió como respuesta una sonrisa siniestra de parte de Hale.
– ¿Quieres pasar?– sonrió, pero su cara no demostraba cordialidad, más bien parecía un gato sonriendo, lo cual hizo temblar al menor
– ¿Dónde está Theo?– más allá de ser lo único que le interesaba, era lo único que su lengua le permitió pronunciar.
– Pasa– jaló su brazo riéndose con burla y se metió al departamento. El castaño suspiró y lo siguió mirando a todas partes en busca de su novio– ¿Se te perdió algo?
– ¿Por qué me mentiste?– emanaba frustración por cada poro de la piel.
– ¿Sobre qué?– se dejó caer sobre el sillón y lo miró sonriendo, tomó una botella de whisky que estaba en una pequeña mesa junto al sillón y la estiró a modo de ofrecimiento– ¿Gustas?– el menor no hizo ningún intento por responder, sólo lo miraba con ansias– ¿Para que lo querías? ¿Para mostrarle que ya tienes novio?
– ¡Tu sabes jodidamente bien cómo estaban las cosas!– levantó la voz con molestia– ¡Moría lentamente pensando que Theo estaba muerto!
– Te duró mucho el dolor– dijo con ironía.
– No tienes ni la mas mínima idea de cómo me siento. Tenía mucho veneno en mi interior, veneno que tú mismo pusiste, en todo esto no soy el único culpable– la rabia hizo que los ojos se le cristalizaran, pero no lo ocultó de ninguna manera.
– ¿Y Brett hizo un excelente trabajo sacándolo?– alzó una ceja.
Liam bajó la mirada.
– ¿Qué se supone que significa eso?– su tono de voz era casi inaudible.
– ¿Por qué crees que Theo no corrió a buscarte?– sonrió de lado y le dio un gran trago de la botella.
– Por la misma razón por la que...
– Ni se te ocurra mencionar cuando fingió su muerte– lo interrumpió furioso– Porque eso lo hizo por ti– lo señalaba con la misma mano que sostenía la botella, mirándolo con seriedad– Fuiste tú quien decidió intentar olvidarse de él en menos de un mes– se recargó en el sillón y suspiró sonriendo– Pero no te preocupes, no debes sentirte culpable, te lo aseguro.
– ¿Por qué lo dices?– lo miró confundido.
– Porque yo también le metí veneno a él– se rio divertido y volvió a beber de la botella.
– ¿Qué quieres decir?– se acercó con grandes zancadas y golpeó con fuerza el respaldo del sillón– ¡¿Qué le dijiste?!
– ¿Qué importa que le haya dicho?– se encogió de hombros– Lo que vio fue suficiente– sonrió satisfecho– Y lo dejé con alguien que le puede sacar el veneno.
Liam sintió como le temblaron las piernas y su corazón se aceleró más de lo que debería.
– ¿Con quién está?
Derek tomó la botella y fingió leer la etiqueta.
– Un amigo, un gran amigo, excelente en todo lo que hace –levantó la mirada– No tienes que preocuparte si fuiste excelente en el sexo– el menor bajó la cabeza y relajó los músculos– ¿No lo fuiste? Que lástima.
– ¿Por qué nos haces esto?– un nudo en la garganta le impedía respirar correctamente, y una lágrima resbaló por su mejilla.
– Te lo hago a ti– se levantó mirándolo con furia y presionó su dedo índice en el hombro del menor– Eres una jodida cucaracha que no merece a alguien como Theo– lo empujó con la misma mano que tenía recargada en su hombro esperando que lo mirara, pero no fue así– Él te regaló su empleo, su dignidad, su seguridad por darte una a ti– dejó la botella en la mesa de centro y lo empujó con ambas manos haciéndolo perder el equilibrio y caer– Y tú no puedes defenderte porque únicamente pedías, pero nunca le diste nada de ti. Eres patético, un maldito asco, Liam Dunbar.
– Lo sé– al fin lo miró mientras se levantaba– Pero eso no puede importarte menos– caminó hacia atrás en busca de la puerta del departamento– Ahora, voy a encontrar a Theo, y me puede tomar muchísimo tiempo mientras doy cada detalle de tu cara, o puedo hacerlo entre hoy y mañana con tu ayuda– abrió la puerta y comenzó a salir– Esta decisión no es tuya para tomar, piénsalo.
Salió del departamento dejando un gran silencio en el lugar, Liam tenía razón, en casos desesperados siempre había tenido la posibilidad de encontrar a Theo, tenía el dinero para poner a la policía mundial en busca de un chico ojos grises y del tamaño de un nomo, según Derek. Lo lógico era arreglar un encuentro entre ellos, el problema no será necesariamente que Theo acepte, el problema será Stiles. Derek estaba consciente de todos los problemas que traería con su novio, y aún así, no podía permitirse segur siendo egoísta.
Tomó el celular del bolsillo trasero de su pantalón, marcó el número de Stiles y espero un par de timbrazos a que contestara.
– ¿Hola?
– Stiles... Habla Derek.
– Me tenías preocupado, Derek, te llamé 3 veces y no me contestaste, creí que te había pasado algo.
– Estuve ocupado– torció los labios– Recibí otra carta de Theo...
– Ya sabes qué hacer con ella.
– Él mismo fue quien la trajo.
– Mierda, no puedes dejar que lo busque.
– No sé cómo se enteró Liam, pero se encontraron– suspiró profundo y continuó– Llamaba para avisarte que arreglaron para verse mañana mismo.
– ¡¿Cómo pudiste permitir eso?!
– No es nuestro problema, Sti. Liam ya está grande, sabrá qué hacer.
– ¿No te preocupa que Theo esté ahí?
– En absoluto, tú estás a un par de días de volver, las cosas están muy calmadas. Hablaremos con un contacto cercano a Vito, todo estará bien.
– Confiaré en tu buen juicio... Nos vemos en tres días, corazón.
– Nos vemos, amor.
...
Derek se había levantado muy temprano para poder ir a recoger a su amigo en casa de Nolan, tan temprano que eran a penas las 7:30 de la mañana cuando iban llegando al departamento del menor. Durante todo el viaje habían discutido sobre las razones por las que Theo debía volver a buscar a Liam, aunque no eran muchas, lo que no le permitía a Theo aceptar su propuesta.
Subieron por el ascensor y al abrirse las puertas, el menor caminó directamente a su habitación dejando a Derek atrás.
– Theo, tienes que escucharme.
– Ya te escuché suficiente– pasó a un lado de las escaleras y recargó la mano en el picaporte de la puerta– No hay suficientes razones para que yo rompa la nueva relación que tiene Liam– abrió la puerta y se quedó petrificado.
Era Liam, Liam estaba dormido en su cama.
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Estocolmo [THIAM]
Teen FictionLiam es un chico de 24 años. Es el único hijo de la adinerada familia Dunbar. Su padre era el dueño de casi la mitad de las empresas del país, y su madre era la dueña del 45% de QVC. Theo Raeken, por otra parte, se dedicaba a hacer "negocios", tenie...