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Eh tenido pensamientos impuros, pensamientos que te llevarian directo al infierno y que sé que me harán arder en las llamas de este lentamente....
Por el simple hecho de tener esto en mi cabeza las 24/7 pero no puedo evitarlo lo eh intentado pero no tengo el control de lo que pienso. Sé que está mal sé que no debería siquiera pensar en ello ni por una ráfaga de segundo pero no puedo evitarlo, no puedo simplemente sacar a esa persona de mi cabeza y pensar en algo más pues cuando lo intento su imagen vuelve a aparecer.
¡Ay Dios, ayúdame no quiero ser una pecadora!
Y lo peor de todo es que también estoy pecando sobre uno de los 7 pecados capitales... La Lujuria.
¡Perdoname por favor no quiero blasfemar!
Tengo miedo, estoy confundida sé que esto no es correcto, ahora más que nunca necesito a papá para que me haga un exorcismo y me saque el demonio o demonios que llevó dentro.
Esto está mál debo dejar de pensarte, por favor por lo que más quieras sal de mi cabeza.
Pero no puedo.... y la verdad muy en el fondo tampoco quiero hacerlo.
Es solo que ella es tan bonita, su sonrisa es tan escandalosa que retumba cualquier habitación en la que se encuentre y aunque eso les molesta a todos -incluso a mí en un principio- ahora hace mi corazón palpitar me hace sentir en una montaña rusa de bajada sintiendo esa adrenalina y ese revuelco en el estómago.
Pienso en ella con los ojos abiertos y cerrados. Cuando lo hago no puedo dejar de pensar en su hermoso cabello largo perfectamente ondulado.
¡Oh cielos su cabello! es tan negro y oscuro como la noche y huele a manzana, jamás ese aroma me había parecido tan placentero.
Y aunque parezca muy acosador se mi parte me he comprado un shampoo de manzana, no para usarlo sino para olerlo cada qué lo deseé y recordarla más específicamente.
Este shampoo lo tengo en mi clóset y ahí seguirá, esta intacto pues en casa no usamos de esta marca mucho menos ese aroma.
Jamás lo usaré pues creo que la única que puede usarlo y que huele bien con el es ella si yo lo usará estoy segura que lo arruinaría por completo pues en mi no oleria tan bien o si lo haría no sería el mismo efecto pues no soy ella.
Otra cosa que también me encanta son sus cachetes... Son como dos pequeñas mantecadas tan apucharrables y que dan ganas de morder.
!Oh Jesús perdoname por esto! Perdoname por idolatrarla por pensar en ella de esta forma pero es tu culpa por hacerla tan perfecta a su imagen y semejanza.
Nunca antes había sentido algo así, ella no me juzga y se ríe por mis caras de miedo cuando pruebo hacer cosas nuevas.
