29- La primera vez

120 8 0
                                    

*Capítulo con escenas delicadas se recomienda discreción.

NO PARA PARA PERSONAS SENSIBLES
Por ningún motivo apruebo la violencia que se ejerce en este capítulo*

Cuando somos niños vemos a nuestros padres o madres de diferente forma, cada quien lo ve a su manera; algunos los ven como héroes otros como villanos pero aún así no dejamos de amarlos por más daño que nos hagan

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando somos niños vemos a nuestros padres o madres de diferente forma, cada quien lo ve a su manera; algunos los ven como héroes otros como villanos pero aún así no dejamos de amarlos por más daño que nos hagan.

Siempre estamos ahí esperando su aprobación, su aceptación su amor. Haciendo de todo para ser aceptados para que ellos se sientan orgullosos de nosotros porque después de todo siempre queremos escuchar un “Bien hecho hija”

Pero después de un tiempo, cuando crecemos y maduramos nos damos cuenta que no son perfectos llega un punto en dónde prometemos jamás ser como ellos, no seguir sus métodos de crianza y en algunos casos prometemos jamás casarte con alguien como tu padre o tu madre.

Jamás convertirte en su imagen y semejanza.

Lamentablemente a veces es inevitable, simplemente terminamos siguiendo sus patrones, sus métodos, sus errores ya sea por inercia o no.

Somos aquello que juramos jamás ser.

De niña yo me prometí nunca convertirme en una mujer maltratada, humillada así como solía ser mamá antes.

Pero fallé.

Le vuelvo a enviar otro mensaje a mi hermana y de nuevo me deja en visto así que le marco molesta pero no contesta.

Joder Lucía me las vas a pagar.

No ah llegó a su turno de la tarde y ahora por su culpa no podré irme con Daniel ya teníamos planes pero ¡Ah no la niñita decidió desparecer sin decir nada desde temprano!
Solo dejo una estúpida nota diciendo que llegaría a su turno de la cafetería pero no lo hizo.
Lo que más me enfada es que está en línea y más que Lia tampoco contesta.

Ay hermanita voy a matarte.

Me encuentro limpiando la mesa que acaba de ser desocupada, el lugar está abarrotado de gente bueno a esta hora suele estarlo.

Por eso prefiero el horario de la mañana que es más tranquilo.

—Patrick ¿Puedes atender la mesa 7 por favor?

—Patrick: Claro no hay problema.

Escuché el tintineo de la puerta y resoplé llevando la cabeza hacia atrás al escuchar los gritos y risas de los chicos, mire de reojo volviendo a suspirar frustrada.

Efectivamente era el equipo de fútbol americano de la preparatoria de aquí cerca, siempre que venían molestaban a las meseras con comentarios, bromas o piropos tontos, además de comer como trogloditas dejando la mesa y piso un asco; pegajoso con comida tirada por doquier.
Lo único favorable es que dejaban buenas propinas.

El Diario De Una NinfómanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora