Jisung se acomodó en una esquina, juntaba los dibujos en una pila y los metía suavemente en una caja que descansaba a su lado. Y en la otra punta de la casita, Mínho acariciaba a un dormido gato que descansaba en sus piernas mientras miraba el agua caer afuera. Todo en completo silencio, ni siquiera se podían mirar uno al otro.No es que no quisieran hacerlo, es que ninguno sabía cómo empezar una conversación. Minho tenía espantar al castaño y que la cercanía no cercana que tenía de el, se esfumara con solo dedicarle una mirada. Y por el otro lado, Jisung tenía la terrible sensación de que si hablaba con el morocho, todos sus esfuerzos por olvidarlo serían tirados bruscamente a la basura más lejana de su memoria.
Ambos, claramente, exageraban.
El gato se movió suavemente en las piernas de su dueño, tratando de llamar su atención luego de que esté, perdido en sus pensamientos, se olvidará de hacerle cariños. Pero no logró su objetivo, así que se levantó del regazo de Minho y caminó despacio hasta Jisung, invadiendo sin permiso su espacio personal y tomando el lugar de unas hojas que descansaban en las piernas del castaño. Minho recién ahí reaccionó.
—Dori, no seas molesto, ven aquí. —El morocho llamó al felino, esperando que en respuesta volviera a su lugar, pero solo se acomodó mejor en la falda de Jisung, claramente burlándose de su dueño.
—No importa, no molesta. —Jisung miró con cariño al gato, acariciando suavemente su pelaje.
—Parece que le agradas.—Admiro Minho, acomodándose mejor en su lugar para tener justo al frente al castaño.
No iba a decir que no era incómodo porque no era. Pensar que unos días atrás Minho le guardaba rencor a Jisung era poco, no iba a mentir, le había dolido en cierta manera, pero no valía la pena si al final con solo verlo algo dentro de el le hacía decir "Ya está, es pasado".
—La casita también parece agradarle. —Jisung levantó la vista por primera vez en mucho tiempo y notó la mirada de Minho en las hojas que aún no había ordenado. Uno que otro boceto distraído que aún descansaba en el suelo. Por alguna razón, le hizo sentir intimidado.
—Tu... ¿Dibujas? —Minho parecía envuelto en sus propios pensamientos, pues su mirada se perdió en el suelo.
—Dibujaba. —Corrigió el menor, buscando que el tema terminará ahí.
—Oh, entiendo. —El morocho se levantó de su lugar, soltando un suspiro y mirando por la entrada de la casita, viendo cómo la lluvia disminuía de a poco. Jisung sintió la necesidad de decirle que se quede otro rato más, pero no iba a hacerlo.
No merecía ni tenía ningún derecho.
—Parece que la lluvia ha disminuido. —Su voz sonó lejana, como si ni siquiera fuera el quien lo dijera.
—Eso parece, ya podría irme.
Minho volvió a darse la vuelta sobre sí, mirando al gato en la falda de su vecino y sonriendo inconcientemente. Se acercó de a poco y sin darse cuenta estaba acariciándolo. Jisung tampoco lo notó, también estaba embobado en el gato.
Pero en cuanto levantó su mirada notó la cercanía del morocho, a menos de un metro de distancia, mirando hacía abajo, con sus pestañas encurvadas naturalmente hacía arriba, con su sonrisa diminuta y tranquila, con esa nariz perfilada y fina, con esa aura tan especial.
Esa maldita aura que lo terminaba volviendo loco de todas maneras, incluso si todo su cuerpo le decía que no debía, su corazón le seguía gritando que su vecino era una pieza de arte que debía ser apreciada.
Y entonces, mientras apreciaba descaradamente y con el corazón acelerado todo el arte que tenía adelante, sus ojos se encontraron. Ninguno los despegó, ambos atrapados en la mirada del otro y buscando algo de refugio en esa tormenta.

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GARDEN - [Minsung] [FÍSICO]
FanfictionMinho adoraba su jardín. Las flores en las esquinas de diversos colores, las torpes enredaderas en su valla al final del terreno y la brisa de primavera que golpeaba suave las hojas del Olmo, decorando el centro del jardín Lee. Minho cuidaba y prote...