II

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Minho se levantó de la cama sintiendo cansancio en su cuerpo, la noche anterior había estado renegando con una maleza que había salido en su jardín que parecía más profunda que nunca, no le agradaba lo mucho que se había extendido, si llegaba al Olmo, no se lo perdonaría jamás.

Se levantó a duras penas de la cama y bajó a la cocina, su hermano estaba preparando una especie de desayuno, y con especie se refería a algo que no había visto en su vida.

—¿Que estás haciendo? —Preguntó curioso, Felix le miró con una media sonrisa en su rostro. Parecía saber lo que hacía.

—Una nueva receta, ¿No huele bien? —Un pequeño brillo creció en los ojos del menor. En ese preciso momento la escalera rechino, haciendose notar la presencia del mayor de la casa.

—Buenos días, niños. —Se acercó a Felix y le robó un pedazo de lo que parecía una masa firme.—Mmh, cada vez mejor —El menor sonrió satisfecho.—¡Nos vemos en un rato! Mínho, debes descansar más, esas ojeras se van a quedar para siempre sino.

Y tras esas últimas palabras, cerró la puerta y se fue un día más al trabajo. Mínho se reclinó en su silla esperando que su hermano menor sirviera el desayuno.

Desde que su madre había muerto, su padre debía trabajar el doble para mantener la casa, por eso Mínho se había encargado de que su estudio en jardinería también ayudara para conseguir un trabajo a tiempo parcial en lo mismo y así ganarse un poco de dinero para ayudar ahí.

Felix sirvió una especie de panqueque en su plato y ambos desayunaron entre una que otra charla.

—Ayer conocí al vecino. —Comentó el mayor, notando como el pecoso dejaba de prestarle atención a su comida para escuchar a su hermano.

—¿Al que no sale de su cueva? —Preguntó curioso, no lo había visto pisar la calle en lo que llevaban viviendo ahí.

—Si, la ventana de su cuarto da justo a nuestro jardín. —Minho se quedó recordando la noche anterior y lo raro que había sido su encuentro, más aún así, le había agradado.

—Ese chico es muy raro. No sale nunca de su casa, ¿No tendrá alguna especie de enfermedad terminal que va a acabar con su vida pronto? —Felix pensó lo peor, mirando con preocupación a su mayor. Minho rodó los ojos, buscando una razón lógica al comportamiento de su vecino.

—No seas dramático, seguro hay una explicación. Por ahí solo odia a las personas, incluso yo lo entendería, las plantas y los animales son mejores. —Comió otro bocado, pensando en otra razón lógica a su rechazo al exterior.

—No lo sé, solo se que es lindo y no lo aprovecha. —Minho miró con sorpresa a su hermano menor.—¿Qué? ¿Has visto sus mejillas? Aparte tiene una linda sonrisa.

Minho si que había visto todas esas cosas, no las había pasado por alto en ningún momento de la noche anterior. De hecho, sus mejillas eran más llamativas que cualquier cosa, y a pesar de no haberlo visto sonreír, podía jurar que si tenía linda sonrisa.

—Si, puede ser... Ahora termina eso, tienes clases.

El menor acabó rápidamente su desayuno y se levantó apurado de su silla, buscando la mochila y colocándosela en el hombro, en ese instante el timbre sonó y ambos abrieron la puerta, Felix con una sonrisa se abalanzó al chico con ojos de zorro.

—Hola, Jeongin. —Saludó Minho, mirando al  chico que estaba siendo asfixiado con su hiperactivo hermano.

—Hola, Hyung. —Saludó educadamente el menor, mientras revolvía el cabello de su amigo con pecas.—¿Nos vamos?

GARDEN - [Minsung] [FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora