XXXIII [FINAL]

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Jisung abrió los ojos dejando que una hilera de luz le pegara justo en su despertar y se viera obligado a moverse incómodamente por ella. Se dió la vuelta en su lugar, tocando suavemente las sábanas blancas que descansaban debajo de su pesado cuerpo. Se tocó la cabeza sintiendo una leve presión en ella y, luego de meditarlo unos segundos, se sentó en su lugar dejando que todas sus contracciones musculares se estiraran como si se despertara de una cálida siesta.

Y entonces, se detuvo a mirar con detalles dónde se encontraba. Una habitación completamente diferente a la que el acostumbraba despertar. Había un escritorio justo en frente suyo lleno de lápices y bocetos desprolijos. En las paredes había pequeños informes sobre plantas y flores, hojas recortadas de revistas y diarios gastados con el tiempo. La ventana era cubierta con una cortina blanca casi trasparente que caía hasta el suelo.
La puerta marrón se encontraba cerrada, pero Jisung pudo reconocer donde estaba con solo estirar un poco su cuello y mirar por la ventana.

Era la casa de Mínho.

Se levantó suavemente de la cama, acercándose a la ventana y mirando a través de ella el cuerpo de Minho sentado en la escalera del porche con un gato entre sus manos. Estaba totalmente concentrado en la pequeña rama verde que salía del, anteriormente, enorme Olmo. Una sonrisa decoraba su rostro y parecía tranquilo, como si una enorme paz mental le invadiera en esos momentos.

Y entonces, mientras sus ojos miraban disimuladamente a Mínho, el mayor se dió la vuelta de golpe, como si hubiese sabido todo ese tiempo que el estaba ahí, observándolo. Sus ojos se encontraron ese día soleado y la sonrisa de Mínho se ensanchó rápidamente. Dejó al gato suavemente en el suelo y se levantó, entrando a la casa y dejando a Jisung a la espera de que cruzara la puerta.

Segundos después, y luego de oir varios ruidos en la planta baja, Mínho abrió la puerta de la habitación con la misma sonrisa que antes. Jisung se vió obligado a sentirla también en su rostro, Mínho tenía un aura feliz contagiosa que el siempre había admirado.

—¿Cómo es qué siempre me descubres mirandonte? —Preguntó el castaño, rascando su brazo nervioso.

—Supongo que somos almas gemelas. —Minho se acercó al menor y pidiendo permiso con la mirada, le extendió los brazos. Jisung rápidamente se refugió en ellos invadiendo su ser con el aroma particular de Mínho.

—Hueles a tierra y gatos. —Atacó Jisung, escondiendo su rostro en el cuello de Minho. El mayor acarició su cabello y su espalda en un gesto suave y tierno.

—Hay cosas que nunca cambian.—Afirmó Mínho, tomando al menor de los costados de sus mejillas y mirando con ternura ese rostro que le había cambiado sutilmente la vida.—Como tus mejillas.

—Tendré que acostumbrarme al olor del chico plantas, ¿No es así? —Jisung le miró con una sonrisa ladeada, Minho abrió los ojos con sorpresa.

—¿Que estás insinuando? —Se burló Mínho, haciendo a Jisung enrojecerse de golpe ante sus palabras.

—¿Que esto tendrá un futuro largo? —Preguntó con timidez el menor, Minho se mordió el labio y lo abrazó de nuevo pero más fuerte que antes. Jisung soltó una pequeña risa por esa actitud.

—Si, Jisung, acepto ser tu novio. —Soltó Minho, haciendo que Jisung se derrita ahí mismo por esa respuesta.

Y entonces, unos pequeños golpes en la puerta hicieron a ambos separarse para mirar a Chris, quien se mantenía con una enorme sonrisa en su rostro y a su lado Felix con un brownie de chocolate demasiado apetecible.

—¿Interrumpimos? —Preguntó el pecoso, con una mueca en su rostro. Minho se acercó a él y le robo un cuadrado del brownie metiéndoselo rápidamente en la boca antes que Felix tuviera tiempo de retarlo.

GARDEN - [Minsung] [FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora