XXII

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Jisung recibió un lindo reproché por parte de Chris al enterarse que había pasado tiempo cerca del morocho, no porque a él le molestará, sino porque temía que su trabajo se viera perjudicado si su madre se enteraba y si Jisung quedaba solo bajo esa tortura familiar, no iba a durar mucho hasta que sus pocas fuerzas de desvanecieran.

—Lo siento. —Se disculpó el menor, una vez dentro de la casa y bajando la cabeza hasta el suelo. Chris le obligó a mirarlo.

—Solo no vuelvas a hacerlo. De verdad no quiero perderte, Han. —Habló con sinceridad el mayor, acariciando la cabeza del menor.

Había pasado el tiempo suficiente con Jisung como para darse cuenta que tenía un vínculo especial con el castaño, era como un hermano pequeño para él y si se veía obligado a dejar la casa y con ella un peso insostenible en los hombros de Jisung, no iba a soportar el dolor interior que crecería tarde o temprano.

—Yo tampoco, prometo no volver a hacerlo.

Pero, si en algo había evolucionado Jisung, sea bueno o malo, fue en sus mentiras. Pues si bien ahora le decía a Chris que no volvería a acercarse al morocho y lo evitaría a toda costa, la verdad es que últimamente solo pensaba en el y en su cercanía. No le ponía orgulloso, pero no tenía muchas alternativas cuando su vida colgaba de unos hilos de los que carecía de poder.

—Te creo. Lamento que no hayas podido tener la vida que querías. —Chris le miró con lástima en sus ojos, dedicándole la mejor de las comprensiones a través de su mirada. Jisung asintió.

—Lo sé, también lo siento, pero así debía ser. —Aseguró el menor, transmitiendo confianza al mayor y evitar preocupaciones mayores, lo que menos quería era dar pena.

Jisung perdía reconocimiento en si mismo, no solo le mentía a una de las personas en las que más confiaba, sino que guardaba emociones y sentimientos muy adentro para que nadie pudiera verlos y así tocarlos. Quizás estaba cambiando demasiado y no se había dado cuenta hasta ahora.

—Ve a bañarte, ha sido un día largo, te espero para cenar. —Jisung asintió ante la órden y se retiró de la sala directo a su cuarto.

Allí estuvo mínimo diez minutos mirándose al espejo, buscando en el algún rastro del Jisung de hacía un año atrás. Buscando algún indicio de que había estado ahí. Pero tras no encontrarlo se retiró, sorprendido por la falta de preocupación en ese cambio.

Tomó una ducha y se cambió, sin sacarse al morocho de la cabeza ni un segundo, había llegado a la conclusión de que Mínho tenía su propio hogar en la cabeza de Jisung y se sentía demasiado a gusto ahí como para sacarlo.

Bajó a cenar, claramente solo estaba el y Chris, quien se mantenía con la mirada en sus apuntes y libros, Jisung solo se frustaba de pensar en la cantidad de tarea que tendria al día siguiente. No había tenido una mala educación ni mucho menos falta de materiales, pero extrañaba la sensación de levantarse temprano para ir a la escuela, colocarse la mochila en el hombro y hablar hasta tarde con sus compañeros para hacer los trabajos en grupo, extrañaba un poco la socialización exterior a su casa. Sobre todo, extrañaba a Hyunjin, a tener ese mejor amigo que estaba presente siempre. Extrañaba el pasado, odiaba el presente y deseaba otro futuro.

—Tu madre volverá tarde hoy, pero no me pidió que me quedara hasta entonces. —Habló el rubio, sin despegar la vista de lo que sea que estaba escribiendo en su cuaderno, parecía sorprendido por esa noticia.

—¿Quieres decir que estaré solo unas horas hasta que ella regrese?

—Efectivamente, no hagas nada de lo que después te arrepientas. Seguro llegará después de doce así que acuéstate temprano.

GARDEN - [Minsung] [FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora