Tensión sexual resulta?

5.1K 570 106
                                    

Alex se llevó la mano a la boca y mordió su piel para no decir lo que le acababa de venir a su mente que ahora era un caos total.

-No te muerdas- la voz de Tayson fue demandante cuando se la quitó de la boca y la reemplazó por sus labios.

Alex se vio otra vez abrumada con aquella lengua que se arrastraba en su interior y se envolvía en la suya. Un gemido se quedó atrapado dentro de su garganta mientras los dedos duros y decididos del hombre bailaban en el borde de su blusa y se colaban hacia arriba. No faltó mucho para sentir la palma acunando uno de sus senos y contra el pezón erecto.

Su espalda se arqueó en respuesta pero apenas se pudo mover con el cuerpo más grande entre sus muslos y Dios, otra vez lo sentía. Aquello que no era nada pequeño y que podía sentirlo muy caliente aun con la ropa entre las entrepiernas de ambos.

Con algo de fuerza y temblando por la excitación inigualable que la estaba recorriendo empujó un poco al Mayor hacia atrás, respirando profundamente por la boca. Su rostro estaba rojo y ya sus labios estaban hinchados. Tayson por su parte parecía demasiado enfocado para su gusto.

-Espera, dame un segundo para acostumbrarme- ella jadeó y giró su cabeza hacia un lado en casi que el la volviera a besar.

Eso no evitó que los labios de él cayeran sobre su cuello y los dedos sobre su seno se colaran por debajo de la delgada tela del sujetador. Alex se mordió el labio inferior para no gemir.

-Tayson, suave- logró decir cuando los dientes de él apretaron la suave piel del cuello donde su vena latía- Acaso piensas devorarme. No soy un maldito zombi- estaba perdiendo fuerza. Su cuerpo estaba caliente. Eso no era bueno.

Al parecer esas palabras hicieron efecto en Tayson pues sus movimientos se hicieron más suaves más no lentos. La cadera de él se restregó contra la suya dejándole bien claro a ella a lo que se enfrentaría. Alex tragó en seco, no era necesario que se lo recordara. No por gusto había tenido su miembro entre sus manos antes.

Alex al final se rindió. De nada valía seguir peleando y atrasando lo que ocurriría tarde o temprano entre ellos. No era imbécil para darse cuenta que entre ellos la tensión sexual era inminente desde el principio y si algo estaba segura era que tener sexo con este hombre se iba a sentir bien.

-Voy a desnudarte- oyó la voz grave de él contra su oído antes de que chupara el lóbulo y ella asintió temblando ligeramente.

La mano en su seno se retiró y su blusa fue sacada ágilmente quedándose enredada entre sus muñecas sobre su cabeza. Tayson no se molestó en quitarla del todo pues sus ojos estaban fijos en los pequeños montículos escondidos detrás de la tela negra. Se inclinó hacia adelante y con los dientes corrió la tela hacia arriba.

El Soldado se relamió ante los dos pezones rosados y erectos que aparecieron delante de él y rápidamente se llevó uno a la boca. Alex casi gritó al sentir la lengua cálida lamiéndolo mientras los dedos apretaban el otro. Apretó sus ojos ante las explosivas sensaciones que La recorrieron.

Aquello no se parecía en nada a su primera vez. No recordaba que el entonces su pareja se hubiera tomado el tiempo de tocarla de aquella forma. Incluso que la hubiera besado con la fogosidad de este hombre. Y no era solo que Tayson estuviera sin parte de su control debido al supresor, era que en su tacto se notaba que había algo más.

Se estremeció bajo los roces del Mayor. Su cuerpo tenía la piel de gallina y juraba que estaba más húmeda que nunca en su vida. Movía inconscientemente su cadera buscando más fricción con aquello tan duro contra su interior.

-Tayson- gimió su nombre al ser su pezón sorbido con fuerza y soltado después.

El Soldado lamió el valle entre los dos senos y subió poco a poco hasta su barbilla y después sus labios. Alex abrió la boca dejando que él la invadiera de nuevo. Mientras, las manos de él no habían dejado de moverse. Acariciaban ambos pezones todavía duros, y una vez que los soltaron bajaron por su torso hasta la estrecha cintura y la apretaron.

Bailando entre BestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora