Sobreviviente

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Alexandra tuvo que cerrar sus ojos para no marearse aún más por el constante movimiento al que era sometida sobre el hombro de Tayson que solo tenía mente para eliminar a los zombis que se interponían delante de él. Apretó las manos sobre el uniforme del Soldado temiendo que pudiera caerse y pudo sentir como los duros músculos de la espalda se flexionaban ante sus acciones.

-Jefe, estos no se detienen- Kider le gritó a su jefe cortando la cabeza de dos zombis, comenzaba a jadear.

La chica lo pudo sentir chasquear los dientes con fuerza y ella supo que estaba molesto, seguro que era porque ella lo estaba retrasando ya que solo podía utilizar uno de sus brazos. Abrió los ojos lentamente con su cabeza pulsante y pudo darse cuenta que estaban prácticamente rodeados por zombis a pesar que los demás soldados se movían de forma ágil decapitando constantemente. La sangre de su cabeza además de haber manchado el costado de su rostro comenzaba a gotear de su nariz.

Tayson sabía que la única forma de poder escapar de allí era utilizando toda su fuerza, solo sería un juego de niños así que se arriesgó. Retrocedió algunos pasos y tiró a la mujer contra el suelo lanzándole una pistola sobre los muslos.

-Protégete mientras puedas- y con la misma se volvió a alejar de ella.

Alexandra jadeó de conmoción, primero por el tirón que le había dado golpeándose el costado de su cuerpo con fuerza y segundo por haberla dejado así como así. Se pudo percatar que al menos los zombis no llegaban hasta donde estaba ella pues los Soldados lo impedían, pero y si la atacaban.

Cogió la pistola entre las manos y la estudió un segundo analizando su mecanismo. No era un arma normal, estaba diseñada para acaban con los órganos humanos o zombis bajo su ataque. Tenía una carga de quince disparos por lo que no estaba mal.

Un fuerte sonido y una maldición le hicieron levantar la cabeza. A Kider se le había escapado uno de los zombis y corría desbocado en dirección a ella. Incluso con la velocidad de los soldados no serían capaces de llegar a tiempo, además tenían las manos llenas. Entonces ¿le esperaba la muerte? Claro que no. Ahora que al menos su miembro herido había cicatrizado podía moverse con facilidad.

Sonrió levemente y esperó en el lugar a que el zombi estuviera junto a ella. Se movió rápidamente hacia un lado esquivándolo. Levantó una pierna y golpeó con fuerza la cadera del zombi fracturándola y aprovechando que el cuerpo se inestabilizaba hasta el piso, saltó sobre la espalda y apuntando con la pistola directamente a la nuca, disparó. El agresor cayó en el suelo como un peso muerto.

Kider se quedó mirando boquiabierto como la mujer había logrado deshacerse del zombi con mucha tranquilidad. Por la forma de moverse percibió que había tenido entrenamiento, no uno normal, una como el de ellos. ¿Quién rayos era ella?

-Kider imbécil, atiende- Kaiser cortó el cuello del zombi que atacó a su compañero inmerso en otra cosa –Ya tendrás tiempo de admirarla después-

El soldado moreno gruñó pero retomó sus tareas. Tayson, no se había perdido nada de lo ocurrido y la única razón por la que no la había ayudado era porque se había percatado de su capacidad. Aquella mujer no corría peligro, sino no la hubiera soltado.

Les tomó, al menos, cinco minutos poder eliminar a la mayoría de los zombis. Aún les quedaban seis que subían por encima de la montaña de cadáveres. Los soldados estaban alertar cuando una bala pasó rozando por la cabeza de Diya y se dividió en cinco fragmentos atravesando los cuellos de los zombis destruyendo sus nucas al salir por detrás. El zombi que quedó fue derrotado por Yael.

Tayson se giró y miró a la chica que bajaba el arma en sus manos y la rotaba entre sus dedos acercándose a ellos.

-¿Oye, qué mierda hiciste?- Kider aun miraba como de un disparo había terminado con cinco.

-Esta es un arma de disparo múltiple. Con ciertos ajustes puedes utilizar varios disparos de una vez, fue lo que hice- se molestó en explicar pensando que lo sabían, pero al parecer no, después de todo era un arma con demasiado patrones de botones en el costado. Era de última tecnología y aún estaba en prueba. Ella tenía el conocimiento debido a la actualización de la base de datos, pero al parecer no era de conocimiento público –¿Puedo quedarme con ella el resto del viaje? -le preguntó al anterior dueño y este solo asintió con la cabeza.

Agarrando el arma entre sus dedos después de percatarse de que solo quedaban diez disparo se dispuso a ponerle el seguro temporalmente cuando esta se le cayó de manos. Maldijo. Ahora que el golpe de adrenalina se había esfumado, también lo había hecho su fuerza, después de todo había perdido buena cantidad de sangre y el golpe de su cabeza parecía no ser inofensivo. Sintió como sus rodillas cedían.

Kaiser se movió rápido y la sostuvo por la cintura antes de que se golpeara la cabeza y la ayudó a mantenerse erguida en el piso. Alexandra se llevó la mano a la cabeza. Todo comenzaba a darle vueltas con una violencia que le dio ganas de vomitar pero lo ocultó. Respiró profundo y se concentró.

-¿Estás bien? Nos estás retrasando- Tayson se arrodilló nuevamente y el rostro calmado de él la molestó

Claro que no estaba bien, tuvo un accidente con un avión explotando. Se había casi desangrando, la cabeza estaba casi abierta y ese hermoso rostro mostraba una expresión ajena de todo sentimiento preguntándole irónicamente se podía caminar. Si solo tuviera sus agujas a mano, le sacaría los ojos y los cosería. Sonrió lentamente

-Puedo caminar- respondió pero cuando logró incorporarse su mundo volvió a dar vueltas y se tambaleó peligrosamente.

Kaiser que la tenía sujeta tuvo que afincar el agarre y atraerla hacia él. Tayson miró el cuerpo sofocado de la mujer y el color que comenzaba a tomar su piel. Ella era una humana normal, ya era bastante considerable que hubiera sobrevivido hasta esa altura.

-Llévala, debemos movernos rápido- su voz orden salió fría y demandante.

El Soldado asintió con la cabeza y la cargó. Alexandra se sintió incluso peor en aquella posición pero se mantuvo callada. Deseaba llegar a la Colmena 03 lo antes posible. Estaba acostumbrada a estar fuera de la protección de las Colmenas pero esta experiencia le había sacado toda la energía que tenía.

Los Soldados lograron cubrir la distancia que les quedaba casi con el sol ocultándose. El helicóptero ya tenía los motores encendidos dispuesto a irse. Cuando entraron Diya y Kider se dejaron caer en los asientos. Kaiser puso a la mujer sobre uno de los asientos y le amarró el cinturón. Para ese momento ella volvía a estar inconsciente. Tayson solo miraba hacia el exterior como el bosque debajo de ello comenzaba a cobrar vida, con cientos de zombis de aquí para allá.

El mundo había caído muy bajo.

Bailando entre BestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora