Acoso

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Tayson se detuvo delante de la puerta de la habitación del hospital asignada para la teniente y tocó el interruptor para abrirla-

-La puerta se toca- la imagen de Alex apareció delante de él. Su torso semidesnudo solo cubierto por el ajustador negro mientras la prenda estaba enroscada en sus brazos dispuesta a ponerla. Ella alzó una ceja pero la bajó en cuanto recordó que no sería la primera vez que la viera en pocas prendas. Tenía recuerdos difusos pero cuando había tenido aquella alta fiebre debido a la mordida del zombi, él le había arrancado toda la parte de arriba de su ropa.

Los ojos del hombre de ensombrecieron, ahora que la veía con más detenimiento se dio cuenta que su cuerpo estaba trabajado. Debajo de la piel clara había músculos suavemente marcados, una estrecha cintura y un vientre plano y duro. Sabía perfectamente la textura de ese cuerpo debajo del suyo y aunque ella era pequeña no era nada débil.

-¿Vienes a darme las gracias?- su tono era tosco, se notaba molesta y no precisamente un poco- No me vivieron a ver en estos días, así que al menos puedes decir unas palabras- pasó el pullover sobre su cabeza acomodándolo sobre el borde del short como si su desnudez fuera algo normal- No, mejor no digas nada, estamos a mano- esta vez lo miró, su ceño estaba fruncido- no estoy de humor- se sentó en la camilla para ponerse las botas.

Tayson estudió cada uno de sus movimientos, sobre todo el de aquel brazo que había sufrido los efectos del medicamento. Estos eran lentos.

-¿Aún te duele?- él preguntó, sus ojos afilados.

Ella alzó la cabeza.

-No, no me duele- levantó los hombros con despreocupación- Mi brazo solo está un poco entumecido, estará bien dentro de poco, los nervios fueron severamente dañados y aunque tu usaste tu saliva mágica lo ayudó bastante mi cerebro necesita reconectar los impulsos nerviosos- se dio unos toques en la sien- y él también sufrió algunos daños, así que está algo lento-

-¿Aún así irás a la misión?-

La mención de esta hizo que Alex se estremeciera pero lo ocultó del hombre. Se acercó a él y le sonrió.

-Eso hay que discutirlo con el imbécil de tu Comandante, por más que me negué el insiste en que tengo que ser yo, yo y yo- chasqueó la lengua y se llevó la mano a la frente.

Tayson pensó que se estaba mareando y la agarró del brazo atrayéndola hacia él. Alex solo lo miró con ojos dubitativos.

-Alex, es hora de tu-alguien abrió la puerta y vio la escena entre ellos- Oh- pareció conmocionado- Mayor Tayson, usted está aquí-

-Sí, dispuesto a llevarme afuera- el tono de Alex se volvió tosco nuevamente y el Soldado percibió la tención en el cuerpo de ella- Vamos-

Tayson asintió y aunque no le gustaba recibir órdenes a menos que fueran sus superiores agarró la mano de la teniente y la sacó de la habitación. No notó que seguía tomando su mano hasta que ella se detuvo en la entrada y soltó un jadeo.

-No caminestan rápido- esta vez el hombre si tuvo que sujetarla para que ella no se derrumbara- Estás demente, como le llevas casi corriendo cuando apenas acabo de salir de una cama de hospital- jadeó una y otra vez. Después de varios días acostada y recuperándose su cuerpo estaba más débil de lo que pensaba, necesitaba comida y rápido.

Le tomó al menos dos minutos que su respiración fuera constante. Tayson todo ese tiempo se mantuvo sujetándola por la cintura. Ella había perdido al menos dos kilos en esos días.

-Ya estoy mejor- Alex se enderezó más firme y respiró profundo- Si estuviera más fuerte de seguro te patearía por ponerme en ese estado, así que estás de suerte- puso las manos en su cintura.

-Estás más arisca que otras veces- el Soldado le soltó de pronto.

Alez apretó los labios y por fin explotó.

-¿Arisca? Cómo te sentirías tú si desde que acabas de despertar tienes a un tipo queriendo quitarte la ropa todo el tiempo con la supuesta excusa de que tiene que revisarte e interrumpiendo tu descanso cada no sé cuantos segundos ¿Eh?- casi le gritó.

Tayson no se movió, pero su mirada se había vuelto fría.

-Necesitas que le haga algo-

Ella levantó la mano mientras con la otra se tocaba la cabeza. Esta comenzaba a dolor nuevamente.

-No, no hagas nada, olvídalo, es con algo que he lidiado desde hace bastante- soltó un suspiro- Quiero volver a mi habitación, necesito un baño y comer, ya después posiblemente tenga mejor humor- pasó por al lado de él.

Tayson la siguió el resto del camino.

-Sabes que no necesito que me cuides la espalda, los Soldados no son precisamente entrenados como perros guardianes y estoy segura de que debes tener cosas más importantes que hacer ahora- no lo dijo con tono despectivo, estaba demasiado cansada como para pensar demasiado, irónicamente había estado acostada en una cama por bastante tiempo.

-El Comandante me pidió que te acompañara de vuelta- fue lo que le respondió.

Alex lo miró por encima del hombro e hizo el intento de una media sonrisa.
-Soy buena para saber cuándo me mienten, esta vez te dejaré hacer lo que quieras- y siguió caminando hacia su cuarto cuando se detuvo otra vez- Oye dónde está Kider, tengo algunas palabras que decirle-

El Mayor giró el rostro.

-No ha querido salir-

-Eso lo sé, solo te pido que me lleves ahí- ella se quitó el cabello del rostro- Tú no me debes anda pero él si-

Tayson sintió que tal vez no era buena idea que ella supiera donde estaba el Comandante pero de igual forma la llevó. Alex se detuvo delante de la puerta.

-¿Es aquí?-

-Hmm-

Alex podía usar su habitual método de invadir el sistema de la puerta y abrirla pero su cerebro no estaba en condiciones de hacerlo, necesitaría al menos 72 horas para que estuviera al 100% nuevamente y lo necesitaría para la dichosa misión de mierda que le esperaba.

Antes de que Tayson pudiera decirle algo nuevamente oyó un fuerte sonido y vio la punta de la bota de ella contra el metal de la puerta.

-Oye, imbécil, acaba de abrir la puerta, tengo que hablar contigo- le gritó.

Más de un soldado que estaban en sus respectivos cuartos salieron para saber que ocurría pero al mirada que esta les dirigió solo hizo que valieran a lo suyo- Kider, te voy a patear el culo sino abres en este momento, tengo a Tayson conmigo y no dudaré en usarlo-

Pareció que surtió efecto pues la puerta se abrió dejando ver al hombre con el pelo alborotado y una mirada de culpa indescifrable. Alex dio un paso y estampó el puño en su rostro haciendo que este se tambaleara hacia atrás.

-¿Pero qué haces?- el Soldado se incorporó y la enfrentó.

-Que vuelvas a la realidad de una buena vez por todas, o piensas quedarte aquí hasta que te salgan raíces, no quiero tener a alguien muriéndose por una supuesta culpa-
-Alex tú no lo entiendes- este le gritó.

-Que no voy a entender- ella estaba tranquila- Fíjate lo que te voy a decir- Lo que pasó aquel día fue principalmente por una irresponsabilidad mía, lo que le pase a mi cuerpo es mi problema. A ti no debe importarte, así que mueve el trasero hacia la cocina y prepárame algo bueno, tengo hambre-

La quijada de Kider casi se cae pero al notar que el Mayor detrás de ella negaba con la cabeza supo que era mejor no protestar. La pequeña mujer no parecía que estuviera en sus mejores días y aunque no tenía sus agujas consigo, ya había visto de lo que era capaz. Estaba loca después de todo.

Alex al recibir una respuesta positiva se giró y caminó hacia su habitación. Antes de que Tayson la siguiera se giró hacia el capitán.

-Antes de que vayas a cocinar, pasa primero por el hospital, tengo un encargo para ti-

Kider sonrió. La mirada de su Mayor le indicaba que iba a hacer cosas divertidas, como ¿desaparecer a alguien quizás?

Bailando entre BestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora