Marcando territorio

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Marcando territorio. Esa definitivamente era la frase para describir lo que estaba haciendo Alexandra en ese preciso momento. Y vaya manera de hacerlo. Besar a un soldado, y no uno cualquiera sino uno con cargo de Mayor delante de todos y precisamente a Tayson... de todos, el bloque de hielo e intransigente de Tayson. Ella o estaba bien loca como todos sabían o tenía los ovarios bien puestos, como todos también sabían.

Y miraban la escena estupefactos sin poder articular palabras. Vaya escena estaba montando la pequeña pero bombástica mujer.

Pero más estupefacta se quedó Alex cuando en plena faena de demostrar quién era la dueña del perro más grande de la colmena, su mano que aun agarraba su camisa del hombre fue envuelta por unos gruesos dedos y fue tirada por encima del grueso hombro de este mismo. su impresión fue acompañada por la de los demás soldados que solo pudieron exclamar.
Esto era una película de acción, misterio, drama, lenguaje de adulto y futuro sexo en solo unos segundos. Wao.

Aun así Alex no era de las que se quedaban calladas cuando le hacían algo como eso en contra de su voluntad y menos estando tan borracha como estaba. Porque cuerda no tenía ni un pelo

-Oye bestia suéltameeeee- el grito de ella fue la muisca que hasta el momento estaba ausente -Cuadrúpedo imbécil, homo erectos sin una neurona, pez de agua dulce en medio del mar, bájame ahora mismo, que la puta ama aquí soy yo- 

Plaff. El sonido de una piel sonando con otra. Y allí están otra vez.

-Aaaaaaaaaaaaaaaaaahhhh- el grito después la nalgada que recibió fue la repetición de una antigua escena que algunos ya habían presenciados, como los soldados con una gota de sudor en la sien. Esta ya ni tenía gracia porque después tendrían que soportar que ella exhalara toda su frustración con ellos dado que con el Mayor no podía.

Tayson, obviando desde el resto de los soldados hasta la mujer pálida como el papel delante de él se giró hacia los de su equipo.

-¿Diya, hiciste lo que te pedí?- no era precisamente un pregunta, era como una advertencia de que eso tenía que estar hecho. El tema era delicado.

Y por supuesto el soldado era dedicado a su trabajo y a los encargos que recibía y levantó sus dedos en V.

-Jefe, con quien crees que está hablando. Soy lo más eficiente de este lugar. Está hecho y más-

Ese y más era lo que le preocupaba a Lawson. Reconocía que con Diya las cosas eran mucho más certeras que por ejemplo con Kider, que a veces se preguntaba por qué era el capitán del equipo y después recordaba que era una bestia sin control a la hora de matar zombis, mucho más que la mayoría de este lugar. Porque lo que era mandar, se le daba, pero a veces con algunas fallas técnicas. Pero Diya tenía una mente mucho más creativa, y esa creatividad era peligrosa.

Aun así, dado la situación que era lo dejó a su libre albedrío. De seguro sería interesante ver el resultado. Por el momento él tenía una loca que se revolvía en su hombro y que había que domar. Algo que esa noche estaba dispuesto a hacer.

Así que les dio la espalda y sin preocuparse de la escena que habían montado salió de la sala llevándose a una Alex con una boca muy sucia que no paraba de maldecirlo, llorar porque su nalga palpitaba, volver a maldecirlo y reírse como toda la loca que era.

La mano de él estaba estratégicamente bien puesta de tal forma que no se le viera nada a la mujer dada la posición y lo corto del vestido, porque estaba sumamente corto en realidad. Y no era que no le gustara, Alex se veía exquisita en él. Es que había que ser realistas. Ellos eran hombres, todos, ella la única mujer y aunque tuvieran sus deseos sexuales suprimidos eso no significaba que no tuvieran ojos, mente y boca para expresar cualquier cosa.

Bailando entre BestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora